La Alianza Internacional de la Juventud (AIJ) lanzó la "Declaración de la Juventud a la ONU y al Mundo", petición que será presentada a la Asamblea General de las Naciones Unidas este mes, en la que estos jóvenes solicitan defender la vida y la familia ante las amenazas actuales como el aborto y las uniones homosexuales equiparadas al matrimonio y promovidas por la reciente "Conferencia de la Juventud 2010" de la ONU, realizada en León, México.
Ante este evento –que fue considerado por diversos expertos como una farsa en la que sólo se admitía la postura anti-vida y pro-homosexual– y ante el "anteproyecto" del Año Internacional de la Juventud de las Naciones Unidas, el Programa de Acción Mundial para los Jóvenes (PAMJ), la declaración surge como una respuesta en defensa de la vida y la familia.
La declaración rechaza también lo estipulado por un sector minoritario de jóvenes que exige "el acceso universal a servicios de salud sexual y reproductiva, que sean confidenciales y propicios para los jóvenes, incluyendo acceso a una educación de la sexualidad integral basada en información científica, en contextos formales y no formales" así como el acceso a una gama completo de anticonceptivos y aborto, así como el reconocimiento por parte de los gobiernos de los grupos GLBT (gays, lesbianas, bisexuales y transexuales).
La "Declaración de la Juventud a la ONU y al Mundo" tiene como objetivo demostrar a la Organización de las Naciones Unidas que el sector minoritario de jóvenes radicales no habla en nombre de la mayoría. Ésta gira en torno a ocho principios, entre los que se encuentran los siguientes: "Los jóvenes son seres relacionales formados en la familia", "Los padres son los principales educadores de los jóvenes", "Los derechos de los jóvenes están basados en sus capacidades en desarrollo", "Debe respetarse una interpretación adecuada de la sexualidad y de las relaciones saludables", "Hombre y mujer están fundados en la naturaleza".
El texto también recuerda que la Declaración Mundial de los Derechos Humanos establece que "la familia es la unidad fundamental y natural de la sociedad" y tiene derecho a ser protegida de manera especial por el Estado. Asimismo resalta los derechos de la juventud con sus padres, basándose en sus capacidades en desarrollo, según lo establece la Convención sobre los Derechos del Niño.
Finalmente, evoca el único acuerdo internacional vinculante en lo que respecta a la definición de género: el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, el cual afirma que "género" se refiere a los dos sexos, masculino y femenino, sin más acepción que la mencionada.