Hoy, 29 de diciembre, Día de la Sagrada Familia, empieza oficialmente el Año Jubilar 2025 y los obispos celebran en cada catedral del mundo la Eucaristía con este motivo especial. Usan para ello un ritual especial para esta ocasión.

Muchos recuerdan que en 2015-2016, al celebrarse el Jubileo Extraordinario de la Misericordia, había puertas santas en cada diócesis, por lo general en las catedrales, concatedrales o santuarios importantes.

Pero, atención, este año no es así: las únicas Puertas Santas están en Roma, en las cuatro Basílicas Papales de la Ciudad Eterna (y, como excepción especial y simbólica, la que el Papa abrió el jueves en la cárcel de Rebibbia, en Roma). Se calcula que unos 35 millones de peregrinos irán a Roma por el Jubileo.

Indulgencias sin salir de la propia diócesis

Eso no quiere decir que sólo viajando a Roma se puedan lucrar las indulgencias: ya en mayo la Penitenciaría Apostólica publicó las normas específicas para obtener esta indulgencia desde la propia diócesis, normas que cada diócesis adapta localmente.

Los obispos podrán establecer lugares de peregrinación local, o actos de caridad, donde confesándose y cumpliendo la penitencia y algún gesto más, se puede reducir pena del purgatorio. Los fieles han de estar atentos a la oferta en cada diócesis.

Con todo, el gran tema del Jubileo es la esperanza. Su objetivo lo decía la bula Spes non confundit: “Que la luz de la esperanza cristiana pueda llegar a todas las personas, como mensaje del amor de Dios que se dirige a todos".

Como en 2015, el Papa ha encargado unos sacerdotes a los que designó como "Misioneros de la Misericordia" acudir "allí donde la esperanza se pone a dura prueba, como las cárceles, los hospitales y los lugares donde la dignidad de la persona es pisoteada; en las situaciones más precarias". Tienen la capacidad de perdonar pecados graves del tipo normalmente reservado a la Sede Apostólica.

Abrir las puertas de par en par

Después de haber abierto la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro el 24 de diciembre, Francisco abrió una segunda en la cárcel de Rebibbia, como un signo de cercanía con los detenidos. Hoy, 29 de diciembre, se ha abierto la de San Juan de Letrán. La de Santa María la Mayor se abre el 1 de enero y la de San Pablo Extramuros el 5 de enero. Permanecerán abiertas hasta el 28 de diciembre de 2025. La de la Basílica de San Pedro aguantará abierta algo más: se cerrará el 6 de enero de 2026, marcando el cierre del Año Jubilar.

Roberto Gualtieri, alcalde de Roma, saluda al cardenal Reina en San Juan de Letrán al abrir la Puerta Santa del templo; la ciudad recibirá unos 35 millones de peregrinos.

El cardenal Reina abrió la Puerta Santa de Letrán

La Puerta Santa de San Juan de Letrán no la ha abierto el Papa (quien abrió la de San Pedro y la de la cárcel de Rebibbia) sino el cardenal Baldassare Reina, que es el Vicario General del Papa para Roma (algo así como el obispo para el día a día de la diócesis romana).

"Hagamos que a través de nuestros brazos abiertos llegue el reflejo del amor de Dios. No nos salvaremos solos, sino en familia, y por eso debemos cultivar al máximo la fraternidad", ha proclamado este 29 de diciembre, Día de la Sagrada Familia, al abrir la puerta. La procesión de obispos y clérigos, junto con algunas familias, atravesó la puerta simbólicamente, pero el cardenal recordó que el objetivo es siempre abrir "la puerta de nuestro corazón a través de sentimientos de misericordia, bondad y justicia".

El cardenal Reina animó a todos a "reconocernos como familia de Dios, llamados a crecer en la unidad y en la caridad recíproca, y a apoyar con la oración a todas las familias, especialmente a las que atraviesan dificultades y sufrimientos".

Comentando la parábola del Hijo Pródigo, recordó que el padre bueno salió a buscarlo incluso cuando aún lo veía lejos. "El padre no sólo esperaba, sino que velaba con esperanza inquebrantable y, al ver a su hijo de lejos, siente dentro de sí el temblor de la compasión. No se demora, sino que corre hacia él, lo abraza y lo besa con infinita ternura". Esos brazos abiertos del Padre están simbolizados hoy en las puertas santas que buscan abrazar a los peregrinos.

“No importa lo lejos que hayamos ido, no importa lo que hayamos hecho, desperdiciado o arruinado. En el momento en que hayamos decidido volver nunca encontraremos una puerta cerrada, sino un abrazo que acoge y bendice.”

Atravesar la Puerta Santa, dijo, nos deja reconciliar en ese abrazo de Dios, "que nos devuelve la dignidad y nos permite construir relaciones de auténtica fraternidad".

El cardenal Reino animó a vivir la alegría del Evangelio, llevando a Dios a nuestras familias y relaciones cotidianas, especialmente en la relación con nuestros hijos, el matrimonio y el cuidado de los ancianos. Propuso que nuestro testimonio, como el de María y José, sea un reflejo luminoso y fecundo, abriendo puertas cerradas y guiando los corazones alejados de regreso a la casa del Padre.

Ceremonia de apertura de la Puerta Santa en Letrán, en español, y la Misa de la Sagrada Familia: