Francisco recibió este lunes en audiencia al cardenal George Pell, quien fuera prefecto de la Secretaría para la Economía entre 2014 y 2019. Hace dos años, en julio de 2017, abandonó el Vaticano para defenderse en Australia de las acusaciones de abuso, por las que fue exonerado tras pasar en prisión más de cuatrocientos días.
El encuentro duró media hora y fue calificado por fuentes vaticanas como "cálido y cordial".
Tras su absolución el pasado 7 de abril, por unanimidad de los siete jueces del Tribunal Supremo, el Papa, en la misa de aquel día en la Casa Santa Marta, hizo una alusión indirecta a ese encarcelamiento que no se sostenía en prueba coherente alguna: "En estos días de Cuaresma hemos visto la persecución que sufrió Jesús y cómo los doctores de la ley se ensañaron contra él: fue juzgado con saña, con ensañamiento, siendo inocente. Me gustaría rezar hoy por todas las personas que sufren un juicio injusto con ensañamiento".
El ensañamiento no fue solamente policial (con una investigación que comenzó sin que hubiese ninguna acusación contra él) y judicial (fue condenado sin que se admitiesen testigos y pruebas decisivos), sino sobre todo mediático.
Tras abandonar la cárcel, el cardenal Pell quiso sin embargo desvincular lo sucedido de cualquier consideración que no fuesen los hechos, y tras mostrar su perdón a la persona que lo acusó, recordó: "El punto era si yo había cometido o no estos terribles crímenes y no los cometí. La única base para la sanación a largo plazo es la verdad y la única base de la justicia es la verdad, porque justicia significa la verdad para todos".
Durante su estancia en prisión, el cardenal Pell redactó unos diarios de próxima publicación que ya se anuncian como un futuro 'clásico' de la espiritualidad y de cuyo contenido ofreció recientemente ReL un anticipo.