Desde primeras horas de la mañana de este lunes, numerosos fieles de Roma y peregrinos acuden a la Basílica de San Pedro en el Vaticano donde ya pueden despedirse de los restos mortales de Benedicto XVI, allí expuestos, que se trasladaron de madrugada en un rito privado.
El cardenal Mauro Gambetti, a cargo de la Basílica de San Pedro, realizó un breve rito cuando la procesión que transportaba los restos de Benedicto llegó bajo la cúpula de Miguel Ángel.
En la foto, la ceremonia de recepción de Benedicto XVI a las siete y media de la mañana, con la basílica aún cerrada.
Como en el caso de su antecesor Juan Pablo II en 2005, el cuerpo de Benedicto XVI también está tendido frente al altar mayor de la iglesia de San Pedro y la llamada "Confessio", vestido con una túnica papal roja, la mitra del obispo en su cabeza. Los guardias suizos hacen guardia de honor en ambos lados.
Finalizaba así el periodo de velatorio privado en el Monasterio Mater Ecclesiae y empezaba el velatorio público abierto a todos los fieles. Muchos de los fieles que acuden en este primer día a hacer cola llevan banderas alemanas.
El prefecto de la Casa Pontificia, Georg Ganswein, se despide de Benedicto XVI; fue su secretario durante años, y luego vivió con él en sus años retirados en Mater Ecclesiae.
Entre los primeros en acudir a la basílica en la mañana del lunes han estado algunas autoridades italianas: se ha visto a la Primer Ministro del Gobierno italiano, Giorgia Meloni, y el presidente italiano, Sergio Mattarella, que llegó poco después que ella.
La primer ministro italiana Giorgia Meloni ante los restos de Benedicto XVI, pronto en la mañana del lunes.
Entre los que esperan en la primera cola para poder despedirse del Papa emérito, abundan los sacerdotes, seminaristas, religiosas y estudiantes de todo el mundo que estaban en Roma.
Los fieles pueden pasar por la basílica este lunes, martes y miércoles de siete de la mañana a siete de la tarde. La prefectura romana espera que pasen entre 30.000 y 35.000 personas por día por la basílica.
Para asegurar que todo va bien, durante estos tres días habrá un despliegue ambulancias y unidades médicas y 500 voluntarios de Protección Civil colaborarán en el servicio de orden en la Plaza de San Pedro.
Preparándose para el funeral del jueves
Los cálculos de asistencia para la misa fúnebre del jueves a las 9.30 de la mañana son de 50.000 a 70.000 personas. Presidirá el Papa Francisco: la primera vez que un Papa preside el funeral de otro.
Como Benedicto ya no era jefe de Estado, cualquier Rey o Gobernante que acuda tendrá un sitio como el de cualquier otro asistente, y casi no habrá gradas destinadas a las autoridades. La excepción la pidió Benedicto en sus últimas voluntades: sí tendrá espacio especial la delegación del Gobierno alemán, la italiana y los embajadores acreditados ante la Santa Sede.
No se pedirá ninguna acreditación a los fieles para asistir a esa misa. Cualquier sacerdote que quiera concelebrar puede solicitarlo desde la web litúrgica del Vaticano.
Benedicto XVI pidió que su funeral fuera “sencillo”. El jueves, tras la misa y el réquiem, el cuerpo será trasladado al interior de la basílica acabados los ritos de Ultima Commendatio y Valedictio y luego enterrado, como otros papas, en las grutas de San Pedro.