El Papa Francisco acaba de reconocer el martirio del sacerdote greco-católico Pedro Pablo Oros (1917-1953), asesinado por comunistas soviéticos en 1953. A su vez, se aprobaron, también, las Virtudes Heroicas del Siervo de Dios español Juan Sánchez Hernández, de la Congregación de Sacerdotes Operarios Diocesanos del Corazón de Jesús, y del diocesano colombiano Jesús Antonio Gómez Gómez (1985-1971).
El futuro beato Pedro Pablo Oros fue sacerdote de la eparquía de Mukáchevo, en Ucrania, y el 28 de agosto de 1953 fue asesinado, horas después de celebrar una liturgia clandestina. Un disparo le entró por la barbilla, le atravesó el cuello y le salió por el hombro. Nacido el 14 de julio de 1917, en Hungría, en el seno de una familia profundamente cristiana, su padre, también, era sacerdote greco-católico. En 1937, sintiéndose llamado a continuar la tradición familiar, ingresó en el seminario.
Obligado a convertirse
Fue ordenado sacerdote de la eparquía greco-católica de Mukáchevo el 18 de junio de 1942. Se distinguió por su celo pastoral y su gran amor por los pobres. En 1944, su localidad fue ocupada por las tropas soviéticas y anexionada a la República Socialista Soviética de Ucrania, y luego a la URSS. Comenzó entonces la persecución y, a partir de 1948, se intensificaron las presiones para que Pedro Pablo se pasara a la Iglesia Ortodoxa Rusa, pero él se opuso.
En 1949, se prohibieron las actividades pastorales y se cerraron todas las iglesias greco-católicas. La misma eparquía greco-católica de Mukáchevo fue suprimida. En 1953, se dio la orden de arrestarlo. Trató de escapar. El 28 de agosto fue detenido por un policía que lo mató. Pedro Pablo Oros era un hombre piadoso y fiel a sus compromisos sacerdotales.
Promoción de vocaciones
Así mismo, el Papa reconoce las Virtudes Heroicas de Juan Sánchez Hernández (1902-1975), de la Congregación de Sacerdotes Operarios Diocesanos del Corazón de Jesús. El sacerdote español, nacido en Villanueva del Campillo (Ávila), buscó siempre la santidad para sí mismo, y para las almas que le fueron confiadas. Su labor pastoral se desarrolló, casi por completo, dentro de los seminarios. Dedicó especial atención a la promoción de las vocaciones y fue un excelente director espiritual y confesor.
El Vaticano también hizo público el decreto sobre las virtudes heroicas del Siervo de Dios Jesús Antonio Gómez Gómez. Nacido el 26 de marzo de 1895, en El Santuario (Colombia), y fallecido el 23 de marzo de 1971 en Medellín (Colombia). El sacerdote se dedicó con especial empeño al ministerio de las confesiones y la dirección espiritual. Era un consejero valioso y prudente. Llevó una vida humilde y austera, coherente con los principios que profesaba, distinguiéndose por su fidelidad al ministerio.
Como informa el Vaticano próximamente serán, también, venerables los Siervos de Dios: Umile de Génova, sacerdote italiano de los Frailes Menores Capuchinos; Vittorio Coelho de Almeida, sacerdote brasileño de la Congregación del Santísimo Redentor, y María Celina Kannanaikal, religiosa india de la Congregación de las Hermanas Ursulinas de María Inmaculada.