El Vaticano ha frenado el plan del obispo alemán Stephan Ackerman, pastor de la diócesis de Tréveris (Trier), para convertir 887 parroquias en tan sólo 35 “parroquias XXL”.
Según Catholic Hierarchy, esta diócesis alemana sufragánea de Colonia tenía en 2017 casi 1,4 millones de católicos, de un total de 2,5 millones de habitantes. Es decir, más de la mitad de la población es católica y es atendida por casi 800 sacerdotes, entre diocesanos y religiosos.
Pese a ser una diócesis grande en números el controvertido plan del obispo quería dejar una diócesis similar a Sevilla e incluso con más sacerdotes que la sede andaluza en tan sólo 35 mega parroquias para dar así más poder a los “equipos pastorales” conformados por laicos y sacerdotes. Con estos planes habría católicos que tendrían que recorrer más de 60 kilómetros para poder ir a misa.
Reunión en el Vaticano
La propia diócesis de Tréveris ha emitido un comunicado que recoge el grupo ACI que explica la reunión del obispo con el cardenal Beniamino Stella, prefecto de la Congregación de los Obispos y el arzobispo Filippo Iannone, presidente del Consejo Pontificio para los Textos Legislativos.
"La Congregación para el Clero, al igual que el Consejo Pontificio para los Textos Legislativos, tiene preocupaciones sobre la reforma propuesta de las parroquias, como se describe en la ley sobre la implementación de los resultados del sínodo diocesano", afirma la diócesis de Tréveris en el comunicado.
Las preocupaciones de la Santa Sede se centran –según la diócesis- en el “papel del pastor en el equipo de liderazgo de la parroquia, el servicio de otros sacerdotes, la concepción de los cuerpos parroquiales, el tamaño de las parroquias futuras y la velocidad de implementación”.
La preocupación de algunos fieles y sacerdotes
Fue el pasado mes de octubre cuando el obispo aprobó este plan de reestructuración tras un sínodo diocesano de tres años cuyo objetivo era abordar la falta de asistencia a misa, la ausencia de vocaciones así como otros desafíos de la Iglesia en Alemania.
Sin embargo, cuando el obispo quiso implementar estas conclusiones del sínodo reduciendo de manera tan drástica el número de parroquias varios católicos de la diócesis así como algunos sacerdotes mostraron su preocupación, y fue entonces cuando Roma decidió intervenir.
La diócesis asegura ahora que el obispo trabaja con la curia y los trabajadores diocesanos para crear nuevo plan que respete el "mandato" del sínodo diocesano y a la vez aborde las preocupaciones de Roma.