El Papa emérito Benedicto XVI tiene 92 años y sabe que ha de dosificar sus fuerzas pero eso no le ha impedido realizar una escapada sorpresa este jueves 25 de julio a Castelli Romana (cerca de Roma, en las colinas Albanas) y al Santuario de la Virgen del Tufo en la población de Roca di Papa.
Según difundió el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, el Papa emérito visitó, en primer lugar, Castel Gandolfo, donde se detuvo en los jardines y en el mirador para un paseo y la recitación del Rosario.
Acompañado por su colaborador de muchos años, monseñor Georg Gaenswein, Prefecto de la Casa Pontificia, Benedicto XVI visitó seguidamente el Santuario de la Virgen del Tufo en Rocca di Papa.
Después, con el obispo de Frascati, Raffaello Martinelli (que trabajó con él muchos años en Doctrina de la Fe), Benedicto XVI se dirigió a las dependencias episcopales para cenar. Regresó a su morada en el Monasterio Mater Ecclesiae en el Vaticano a las 22.30 horas.
Santuario de la Madonna del Tufo en Rocca di Papa
Benedicto XVI en silla de ruedas
Raffaello Torelli, vicario general de la diócesis de Frascati y párroco de la Catedral de San Pedro Apóstol, que acompañó a Martinelli y al Papa emérito, explicó la visita a News.va. “El obispo Martinelli recibió al Papa emérito en el Santuario de la Virgen del Tufo en Roca di Papa: Benedicto XVI llegó entorno a las 18.30 desde Castel Gandolfo. En efecto, entre el Papa emérito y el obispo hay una gran familiaridad, Mons. Martinelli ha sido colaborador de Joseph Ratzinger en la Congregación para la Doctrina de la Fe. El Papa emérito entró, acompañado en silla de ruedas, y en primer lugar quiso ponerse de rodillas para recitar en voz alta con los presentes una oración a la Virgen”.
Benedicto XVI ya había visitado en el pasado este santuario. Según una antigua tradición del siglo XVI, un caminante, mientras recorría un sendero, vio el Tufo – una roca de 8 metros de circunferencia y 150 quintales de peso– desprenderse improvisamente de la montaña. En peligro, el hombre invocó a la Virgen y milagrosamente el macizo se detuvo y el caminante se salvó.
“En aquel macizo, explica Torelli, ha sido representada la imagen de la Virgen, venerada aun hoy. El Papa emérito” ha querido rezar” a la Virgen, y luego “le indiqué el Santísimo Sacramento” y Benedicto XVI “se inclinó ante Jesús”.
La sencillez del Papa emérito
Después de la visita al Santuario, el Papa emérito se trasladó en automóvil al Palacio episcopal de Frascati, para una visita “amistosa” a mons. Martinelli”. La visita del Papa emérito – relata monseñor Torelli – ha dejado “gran serenidad y confianza”. “La impresión de quienes estuvimos ayer delante de Benedicto XVI es la de un hombre que vive constantemente la presencia de Dios, un hombre de santidad, que transmite este sentido de Dios más allá de su posibilidad física: lo hace a través de los ojos y la sonrisa, en la sencillez de su persona”.
Un reportaje de TV 2000 sobre este santuario mariano