En la madrugada de este jueves 17 de mayo falleció en Roma a los 88 años el cardenal colombiano, monseñor Darío Castrillón Hoyos, prefecto emérito para el Clero así como presidente emérito de la Pontificia Comisión Ecclesia Dei.

El purpurado fue un gran colaborador del Papa Juan Pablo II y durante su pontificado desempeñó un papel importante tanto para la formación del clero mundial  como para conseguir el acercamiento y la plena comunión con los lefebvrianos.

Castrillón Hoyos estaba muy enfermo y durante los últimos días su estado se había agravado.


"Que Cristo Resucitado acoja en el reino eterno a quien sirvió generosamente como Pastor del pueblo de Dios", ha señalado el presidente del episcopado colombiano Monseñor Óscar Urbina Ortega en un comunicado.

El cardenal colombiano fue ordenado sacerdote el 26 de octubre de 1952 para la Diócesis de Santa Rosa de Osos después de hacer estudios de Filosofía y de Teología en el Seminario Mayor de esa misma circunscripción eclesiástica.  Prosiguió luego los cursos académicos en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma donde consiguió el doctorado en Derecho Canónico.

De regreso a Colombia desempeñó, entre otros, los oficios de Vicario cooperador en Yarumal, Director de los “Cursillos de Cristiandad”, Director del Curso Nacional de Pastoral, Representante de Acción Cultural Popular (ACPO) ante el Episcopado, Oficial de la Curia Diocesana, Delegado Diocesano de Acción Católica, Asistente Eclesiástico de la J.O.C., Director de la Legión de María, Director Diocesano de Catequesis, Profesor de Derecho Canónico en la Universidad Libre de Bogotá, Secretario General del Episcopado.

El 2 de junio de 1971 fue elegido Obispo Coadjutor de Monseñor Álvarez Restrepo, Obispo de Pereira, a quien sucedió el 1º de julio de 1976. De 1983 a 1987 fue Secretario General del CELAM y al término de ese cuatrienio fue elegido Presidente del mismo organismo, mandato que concluyó en abril de 1991.

El 16 de diciembre de 1992, Su Santidad Juan Pablo II lo nombró Arzobispo de Bucaramanga. El 15 de junio de 1996 fue nombrado por Juan Pablo II, pro prefecto de la Congregación para el Clero.

En el Consistorio del 21 de febrero de 1998 fue creado cardenal, con el título de “Santa María al Foro Traiano” y Prefecto de la Congregación para el Clero, desde el 23 de febrero del mismo año. Fue nombrado presidente de la Pontificia Comisión Ecclesia Dei el 13 de abril de 2000; cargo en el que permaneció hasta el 8 de julio de 2009, y donde desempeñó una importante labor con la Hermandad de San Pío X, fundada por el arzobispo Marcel Lefebvre.