La Santa Sede ha hecho pública la visita que el Papa Francisco hará el próximo 7 de julio a Bari, donde se custodian las reliquias de San Nicolás, santo cuya devoción ha supuesto un puente entre Oriente y Occidente.
Precisamente, Francisco ha elegido este lugar para convocar allí una jornada de oración y reflexión sobre la gravísima situación que se vive en todo Oriente Medio, con focos especialmente tensos en Gaza, Yemen y con una sangrante guerra civil en Siria. Conflicto este último en el que ya están involucradas las principales potencias mundiales, cada una con intereses muy diversos.
Según la Santa Sede, el Papa ha querido que sea una reunión ecuménica por la paz. Por ello, tiene la intención de de invitar a los jefes de las Iglesias y comunidades cristianas de Oriente Medio para que se unan a esta jornada.
Hasta que llegue el 7 de julio, el Papa Francisco ha exhortado a los católicos a preparar esta importante cita mediante la oración.
La elección de Bari no es para nada casual. San Nicolás es uno de los santos más venerados en el mundo, reconocido por fieles de diferentes Iglesias y Confesiones cristianas, como defensor de los débiles y de los perseguidos, protector de la infancia, de los marineros o de los niños. En occidente la figura de papá Noel, o Santa Klaus, deriva de san Nicolás. La sustancial universalidad de su culto, que alimentó riquísimas tradiciones populares, acabó creando un verdadero puente entre Oriente y Occidente.