La Congregación para la Doctrina de la Fe ha rechazado el proyecto de la Conferencia Episcopal Alemana de aprobar una guía pastoral en la que se prevé la comunión, en determinadas circunstancias, del cónyuge protestante en casos de matrimonios mixtos católicos-protestantes. Así lo asegura Kath.net, citando fuentes vaticanas.
El rechazo, según ha confirmado el vaticanista Edward Pentin, estaría avalado por el Papa Francisco, quien sin embargo no ha querido que la carta de Doctrina de la Fe a los obispos alemanes rechazando el documento sea publicada.
La pronunciación de Doctrina de la Fe sobre el caso se ha producido después de que siete obispos de Alemania, entre los que está el cardenal de Colonia Rainer Maria Woelki, escribieran a la congregación vaticana y al Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristiano para que dieran su parecer.
En la misiva, los prelados pedían a la Santa Sede que se pronunciara sobre la comunión de los protestantes cónyuges de católicos y que lo hiciera con criterios generales que fueran válidos para toda la Iglesia y no solamente para una de sus regiones.
La carta fue mandada al Vaticano sin que lo supiera el presidente de la Conferencia Episcopal de Alemania, el cardenal Reinhard Marx, que se dijo sorprendido por esta decisión. Asimismo, recordó que el documento solo era un borrador y que la intención no era cambiar la doctrina.
La Conferencia Episcopal de Alemania ha emitido este jueves un comunicado en el que asegura que son falsas las informaciones sobre el veto de la Congregación para la Doctrina de la Fe a su plan para conceder la comunión a protestantes casados con católicos. Al mismo tiempo, reconocen que no habían enviado su propuesta a Roma.
En el comunicado se informa de que el cardenal Marx, ha accedido a reunirse en Roma con el papa Francisco para discutir el asunto.
La KNA, agencia de noticias oficial de la Conferencia Episcopal Alemana, sostuvo en el día de ayer diversas tesis sobre el hecho. Una de ellas apuntaba a que había diferentes "voces" en Roma sobre la cuestión y que más que un rechazo absoluto a la propuesta de comunión de protestantes, se debía buscar un remedio a la situación creada. Y se insistía en la necesidad de discrección.
El cardenal Marx y el Papa Francisco
Lo cierto es que al menos se está cumpliendo el deseo de los siete obispos alemanes que pidieron que fuera la Santa Sede quien tuviera la última palabra sobre la comunión de protestanes unidos en matrimonio con católicos.
De hecho, tal como reconoce el comuniado de hoy, el cardenal Marx no había enviado a Roma el informe sobre la propuesta aprobada por la Conferencia Episcopal Alemana.
Los católicos pueden recibir los sacramentos de la Eucaristía, la penitencia y la unción de enfermos en una Iglesia ortodoxa; por ejemplo, un turista en una región en que no existen iglesias católicas, puede acudir a un ministro ortodoxo (Decreto Unitatis Redintegratio del CVII, 16) (Canon 844, 2). Y, viceversa, los sacerdotes católicos pueden administrar estos tres sacramentos a un fiel ortodoxo que lo solicite y si hay una razón que lo justifique. (Decreto Orientalium ecclesiarum del CVII, 27) (Canon 844, 3). Esto es así porque todos los católicos y ortodoxos coinciden en creer en la presencia verdadera y real de Cristo mismo en el sacramento eucarístico (y no solo como símbolo o metáfora).
Respecto a los protestantes, el Derecho Canónico ya permite dar la comunión en algunos casos a aquellos que realmente creen en la presencia real (en el sentido católico de la frase "presencia real", porque hay protestantes que usan esta frase pero no se refieren a lo mismo que los católicos).
Así, leemos en el canon 844: "Si el peligro de muerte está presente o si, a juicio del obispo diocesano o la conferencia episcopal, otra grave [seria] necesidad urge a ello, los ministros católicos administra estos sacramentos lícitamente a otros cristianos que no tengan plena comunión con la Iglesia católica, que no puedan acercarse a un ministro de su propia comunidad y que lo buscan por su propio acuerdo, si es que manifiestan una fe católica respecto a estos sacramentos y están dispuestos con propiedad".
Se suele citar como ejemplo que el cardenal Joseph Ratzinger dio públicamente la comunión católica al Hermano Roger de Taizé, protestante, en los funerales de Juan Pablo II en 2005. Se supo después que el mismo Juan Pablo II había dado la comunión al Hermano Roger en ocasiones anteriores. Parece que Ratzinger y Juan Pablo II tenían claro que el hermano Roger entendía la comunión "con fe católica".