La red social creada por Mark Zuckerberg ha sido uno de los formatos elegidos para facilitar que se exprese la voz de los jóvenes de distintas partes del mundo. “¿Qué es lo que te hace ser feliz?” es una de las preguntas que se difundirán en las redes sociales del Sínodo y que tratan de promover “la libre expresión y el diálogo entre los jóvenes”, tal y como explicaba Ariel Beramendi, uno de los responsables de comunicación del próximo encuentro. Cada mes se planteará una pregunta, que abrirá un diálogo en los grupos, distribuidos en cuatro idiomas (inglés, español, francés e italiano).
El Papa había pedido que en este próximo Sínodo de los Obispos se escuchara la voz de los jóvenes, que pudieran expresar su opinión. No solo la de los católicos, también la de personas que aseguran no tener fe. Y Facebook será una herramienta más con este objetivo, ya que el sitio web Synod2018.va ofrece también cuentas en Instagram y Twitter, así como una cuenta en WhatsApp para que se puedan también enviar mensajes de vídeo.
En estos perfiles, y a través de la página web, se han ido presentando modelos de santidad jóvenes. Desde una joven india americana convertida al cristianismo en el siglo VII, hasta el niño mexicano José Sánchez del Río, que fue asesinado por negarse a renegar de la fe, pasando por historias de jóvenes que vivieron de forma heroica la enfermedad o una contradicción. Entre ellas, destaca la historia del joven francés Marcel Callo, condenado a campos de concentración en la época nazi por ser “demasiado católico”. Su alegría y su testimonio cristiano, en medio del sufrimiento, fueron ejemplares.
Desde la organización del próximo Sínodo insisten en que no se trata solo de presentar la vocación al sacerdocio o a la vida consagrada, sino de animar a que los jóvenes sean valientes ante el compromiso. Por esto, muchos de los modelos que se ofrecen son de jóvenes que han dado testimonio de su fe, sin necesidad de una consagración religiosa. También está previsto ofrecer testimonios de jóvenes de hoy en día que impulsan o participan en iniciativas sociales, educativas o religiosas en todo el mundo.
“Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional” es el título del Sínodo de Obispos, que ya ha comenzado su andadura con encuentros previos. Hasta la fecha, se han celebrado dos foros en Roma. El primero tuvo lugar coincidiendo con el intercambio de la Cruz de la JMJ entre jóvenes de Polonia y Panamá y el segundo en septiembre de 2017, protagonizado por expertos en educación y juventud. En el mes de marzo de 2018 tendrá lugar el último encuentro pre-Sínodo, en el que participarán jóvenes representantes de todos los países del mundo. Se espera la presencia de unas 300 personas.
Las conclusiones de estos encuentros previos, así como las de unos cuestionarios que han sido difundidos por todo el mundo, forman parte del material informativo con el que contarán los obispos. Entre los aspectos que hasta ahora más han agradecido los jóvenes que han contactado con las redes del Sínodo, está el mero hecho de ser escuchados. “La posibilidad de poder expresar su opinión en la Iglesia es ya algo que les anima y les hace sentirse más implicados”, asegura Ariel Beramendi.
El secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Parolin, ha señalado recientemente el cambio de postura que aporta este nuevo Sínodo. Emulando el famoso discurso de Kennedy, asegura que “la Iglesia pide a los jóvenes, el Papa, la Iglesia piden a los jóvenes qué pueden hacer ellos por la Iglesia, qué contribución pueden dar al Evangelio, a la difusión del Evangelio hoy. Y creo que a esta invitación los jóvenes sabrán responder con su generosidad y también con su entusiasmo”.
El encuentro de octubre supondrá la XV asamblea ordinaria del Sínodo de los Obispos, una institución creada tras el Concilio Vaticano II para mantener la colegialidad de la Iglesia. Se reúnen bajo convocatoria del Papa, normalmente unas dos semanas, y participan habitualmente entre 200 y 250 obispos. A lo largo de estos años, se han celebrado 27 sínodos.