La Organización Mundial de la Salud ha declarado el coronavirus como una emergencia global. Hasta la fecha las autoridades chinas, donde está el foco de la epidemia, hablan de 17.238 infectados y 361 muertos. Mientras tanto millones de personas han sido aisladas en Wuhan.
Ante esta situación, la Santa Sede ha querido contribuir en esta lucha contra el virus y para ello ha donado miles de máscaras protectoras a las provincias chinas más afectadas por este brote.
El papel del limosnero
La Oficina de Prensa de la Santa Sede ha confirmado la información del diario chino The Global Times, que afirmaba que el Vaticano había enviado entre 600.000 y 700.000 mascarillas a China.
“Las máscaras están destinadas a las provincias de Hubei, Zhejiang y Fujian. Es una iniciativa conjunta de la Limosnería Apostólica y la Iglesia china en Italia, en colaboración con la farmacia del Vaticano”, afirma la nota de la Santa Sede.
El sacerdote chino Han Duo, vicerrector del Colegio Urbano de Roma afirmó que la donación había sido posible gracias a la ayuda del cardenal Krajewski, actual limosnero.
De este modo, las miles de mascarillas fueron pagadas por el Vaticano y la comunidad católica china en Italia mientras que distintas compañías aéreas proporcionaron que el envío fuera gratuito.
“Espero que los suministros lleguen a donde se necesitan tan pronto como sea posible para que las personas que las personas puedan sentir la preocupación de la Santa Sede. Todo el mundo está unido contra el virus.
Ya el Papa Francisco antes del rezo del Ángelus tuvo un recuerdo “para las personas que están enfermas a causa del virus que se ha propagado en China”. “Que el Señor acoja a los muertos en su paz, reconforte a sus familias y apoye los grandes esfuerzos ya realizados para combatir la epidemia”.