Para enfado de muchos lobbies abortistas y laicistas que quieren expulsar a la Santa Sede de los organismos internacionales, Italia y otros 71 países han patrocinado el reconocimiento formal a la Santa Sede de la condición de Observador en la Organización Mundial de la Salud (Estado no Miembro Observador), propuesta que la Asamblea Mundial de la Salud ha adoptado por consenso este lunes 31 de mayo.

El Ministro italiano de Asuntos Exteriores y Cooperación Internacional, Luigi Di Maio, expresó su satisfacción por esta decisión al Secretario de Relaciones con los Estados del Vaticano, Paul Richard Gallagher. Para Italia es un "éxito indudable para el multilateralismo", que contribuirá a fortalecer la cooperación en el campo de la salud. "Será de gran inspiración para todos los Estados miembros", dice el ministro de exteriores italiano.

Italia es una potencia mediana en el mundo diplomático, pero suele colaborar con la diplomacia vaticana en muchos campos, multiplicando así su presencia internacional: como socios, se potencian mutuamente.

Muchos países pequeños o pobres razonan de una forma similar. Para los países hispanoamericanos y para varios países de tradición musulmana, la diplomacia vaticana sirve de puente para difundir sus necesidades y puntos de vista.

Países de todo tipo de culturas

Así, los 71 países que ha copatrocinado la decisión han sido: Albania, Argelia, Andorra, Angola, Arabia Saudí, Argentina, Armenia, Austria, Bahrein, Bangladesh, Bélgica, Botsuana, Brasil, Bulgaria, Cabo Verde, Chile, Colombia, Costa Rica, Croacia, Chipre, Ecuador, Egipto, El Salvador, Emiratos Árabes Unidos, Esuatini (antes llamada Swazilandia), Filipinas, Georgia, Alemania, Japón, Grecia, Guatemala, Haití, India, Indonesia, Irlanda, Italia, Kenia, Kuwait, Letonia, Líbano, Lituania, Madagascar, Malta, Marruecos, Mónaco, Montenegro, Mozambique, Namibia, Nicaragua, Omán, Pakistán, Panamá, Perú, Polonia, Portugal, Qatar, República Checa, República de Corea, República Dominicana, Rumanía, San Marino, Senegal, Sierra Leona, Singapur, Eslovaquia, Eslovenia, Sudáfrica, Sri Lanka, Turkmenistán, Ucrania, Hungría, Vanuatu.

Por otra parte, casi nadie discute que la Iglesia Católica, si se suman todas sus organizaciones y entidades, es la mayor proveedora no-estatal de servicios sanitarios del mundo. Gestiona, según datos de finales de 2018, casi 5.200 hospitales, casi 15.500 dispensarios, casi 600 leproserías y más de 15.400 hogares para ancianos y enfermos crónicos.

Hay países enteros donde la mayor parte de los servicios sanitarios -especialmente en zonas rurales- los ofrecen entidades católicas.

En plena pandemia, muchos países han podido ver aún con más claridad la indispensable aportación de las entidades sanitarias católicas.

Derecho a proponer y replicar, sin voto

Como Estado no Miembro Observador, la Santa Sede podrá participar, sin voto, en la Asamblea de la Salud de la OMS, podrá hacer intervenciones, reservar turno de palabra en sus asambleas, reuniones de comités, administrativos y de financiación, tendrá derecho a réplica, podrá proponer puntos de orden del día que impliquen a la Santa Sede, podrá participar en resoluciones y decisiones y borradores que mencionen a la Santa Sede y tendrá un asiento. No podrá votar ni proponer o presentar candidatos.

La decisión recuerda que la Santa Sede acude ya a las sesiones de la Asamblea de Salud desde 1953, que ha sido observadora en las reuniones del Equipo Ejecutivo desde 1953 y que es Estado Permanente Observador de Naciones Unidas desde 1964. La decisión enumera también los numerosos organismos de Naciones Unidas y de cooperación internacional en los que la Santa Sede participa.

En el día a día, los campos de colaboración son incontables, porque los médicos misioneros de la Iglesia y sus congregaciones y organizaciones llegan donde casi nadie más se atreve o molesta en llegar.

Un ejemplo: formar enfermeros online en Libia... y más allá

El mismo día se ha difundido un ejemplo: el prestigioso hospital pediátrico Bambino Gesù de Roma, administrado por la Santa Sede, y la Organización Mundial de la Salud (OMS), anunciaron un proyecto conjunto de educación a distancia en árabe para la formación de más de 150 enfermeros libios. Cuando la situación lo permita, también se impartirán algunos cursos presenciales en el hospital romano, donde este lunes se presentó la iniciativa.

Hospital Pediátrico Bambino Gesù o Niño Jesús, de la Santa Sede en Roma

Así, enfermeros de ocho hospitales de Libia, país desmantelado por la guerra y el desgobierno, se formarán por tres años en cuidados intensivos, neonatología, hematología, cardiología, cirugía cardíaca, oncohematología, medicina paliativa y apoyo psicosocial.

Pero la cosa no se quedará en Libia: los cursos, traducidos a cinco idiomas -italiano, inglés, árabe, francés y español- se ofrecerán más adelante a otros países con "necesidades de formación" una vez subidos a la plataforma online.

La viceministra italiana de Asuntos Exteriores, Marina Sereni, felicitó al personal del Bambino Gesù por la iniciativa, "un proyecto verdaderamente notable, que garantiza una ayuda concreta y eficaz para un país que lucha por salir de una crisis de diez años", dijo, según recoge el comunicado.