La Santa Sede ha anunciado este sábado el que es uno de los acuerdos diplomáticos de mayor trascendencia en años, pero que no estará exento de grandes polémicas. El propio Vaticano ya había informado que llevaba meses meses en contactos con el régimen comunista chino para lograr entablar una serie de relaciones que pudieran beneficiar a los católicos chinos.
Finalmente, ha sido este sábado 22 cuando en un encuentro en Pekín monseñor Antoine Camilleri, subsecretario de Relaciones con los Estados de la Santa Sede, y Wang Chao, viceministro de Relaciones Exteriores de la República Popular china, han encabezado las delegaciones en las que se ha firmado un Acuerdo Provisional entre ambos estados.
Además, según informa la Oficina de Prensa, Francisco ha decidido "readmitir en la plena comunión eclesial" a siete obispos "oficiales" que fueron ordenados sin el mandato pontificio y por tanto excomulgados latae sententiae, a saber: Joseph Guo Jincai, Joseph Huang Bingzhang, Paul Lei Shiyin, Joseph Liu Xinhong, Joseph Ma Yinglin, Joseph Yue Fusheng y Vincent Zhan Silu, además de Anthony Tu Shihua, O.F.M., fallecido el 4 de enero de 2017 habiendo expresado antes de morir su deseo de reconciliarse con la Sede Apostólica.
Igualmente, el Vaticano ha decidido constituir la diócesis de Chengde, recortando parte del territorio de otras diócesis (en particular, de Jehol/Jinzhou y de Chifeng). Esto posibilitará que monseñor Guo Jincai, que ha regresado a la comunión eclesial, tenga una diócesis propia, sin tener que compartirla con otros obispos.
Acuerdo centrado en el nombramiento de obispos
El acuerdo se ha centrado exclusivamente sobre el nombramiento de obispos, el elemento que durante décadas más fricción ha provocado entre los comunistas chinos y la Santa Sede. El Acuerdo Provisional, informa en su comunicado el Vaticano, es el fruto de un gradual y recíproco acercamiento, y se produce tras un largo proceso de negociaciones. Además, prevé evaluaciones periódicas sobre su implementación.
“El nombramiento de obispos es un asunto de gran importancia para la vida de la Iglesia, y crea las condiciones para una colaboración más amplia a nivel bilateral”, dice el texto vaticano.
Lo que no explica el texto de la Santa Sede es en qué consiste y cómo se desarrollará este acuerdo de nombramiento de obispos, si China propondrá candidatos que deben ser aceptados por Roma, o si será Roma la que los proponga y Pekín dé su visto bueno, u otra alternativa diferente.
"Por el bien del pueblo chino"
El Vaticano concluye su comunicado esperando que este acuerdo provisional pueda “contribuir positivamente a la vida de la Iglesia católica en China, por el bien del pueblo chino y la paz en el mundo”.
Por su parte, Greg Burke, portavoz de la Santa Sede, ha hecho una pequeña valoración insistiendo que "el objetivo del acuerdo no es político sino pastoral, permitiendo que los fieles tengan obispos que estén en comunión con Roma pero que al mismo tiempo sean reconocidos por las autoridades chinas".
Tras varios meses de negociaciones, una parte de los católicos chinos habían manifestado su temor a que los fieles a Roma de la Iglesia clandestina fueran dejados a los pies de los caballos, al igual que los obispos nombrados por Roma durante estos últimos años.
El cardenal Zen se muestra disconforme
Precisamente ha sido el cardenal Joseph Zen, arzobispo emérito de Hong Kong el que ha liderado esta voz, la última vez esta misma semana cuando desde China ya se informaba de un acuerdo inminente con el Vaticano.
El purpurado denunciaba en el diario South China Morning Post que con un acuerdo de estas características, cuando precisamente el régimen ha endurecido la persecución contra los cristianos, supone “entregar el rebaño en la boca de los lobos. Es una traición increíble”.
A su juicio, “las consecuencias serán trágicas y duraderas, no solo para la iglesia en China, sino para toda la Iglesia porque dañan su credibilidad”.