El Papa Francisco ha rezado el Ángelus desde la ventana del Palacio Apostólico este domingo junto a miles de fieles en la Plaza de San Pedro, a los que invitó a vivir cada día reconociendo a Dios como Señor de cada uno y a mirar el futuro con esperanza.

“El creyente mira la realidad futura, la de Dios, para vivir la vida terrena en plenitud, y responder con valentía a sus desafíos”, aseguró.

Hacen a Jesús una pregunta trampa: “¿Es lícito pagar al César el tributo?”. Es, dijo, “una trampa para el Maestro” porque “dependiendo de cómo hubiese sido su respuesta, se lo podría haber acusado de estar a favor o en contra de Roma”.

Sin embargo, Jesús responde “con calma” y “aprovecha para ofrecer una enseñanza”. “Por un lado, insinuando restituir al emperador lo que le pertenece, Jesús declara que pagar la tasa no es un acto de idolatría, sino un acto debido a la autoridad terrena; y por otro, reclama el primado de Dios, pide que se le dé a Él en cuanto a Señor de la vida del hombre y de la historia”.

Dios “es el Señor de todo, y nosotros, que hemos sido creados a su imagen, pertenecemos ante todo a Él”, destacó. “Es Él quien te ha dado todo aquello que eres y que tienes” y por eso “debemos vivir nuestra vida, día a día, en el reconocimiento de esta pertenencia fundamental y el reconocimiento del corazón hacia nuestro Padre, que crea a cada uno de nosotros de manera única e irrepetible”.

Francisco explicó además que el cristiano “está llamado a comprometerse concretamente en las realidades humanas y sociales" iluminando "la realidad terrena con la luz que viene de Dios”.


Después de rezar el Ángelus, el Papa Francisco recordó la beatificación el sábado 21 de octubre en Barcelona (España) de Mateo Casals, Teófilo Casajús y Fernando Saperas junto a 106 compañeros mártires claretianos que fueron asesinados por odio a la fe. [Lea aquí sobre la beatificación y los mártires].

“Que su heroico ejemplo y su intercesión sostengan a los cristianos que también en nuestros días, en diferentes partes del mundo, sufren discriminación y persecución”, afirmó.

La ceremonia en el templo de la Sagrada Familia, estuvo presidida por el Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, el Cardenal Angelo Amato. En su homilía, señaló que “frente al diabólico tsunami de la persecución, los 109 religiosos claretianos reaccionaron con la eficaz arma de la caridad y del perdón”. “Para aquellos que querían aniquilar la presencia cristiana en España, los mártires respondieron perdonando, orando y gritando: ‘no tenemos miedo’”.