Uno de los martirios reconocidos por la Santa Sede es el del obispo de Arauca, Jesús Emilio Jaramillo Monsalve (19161989), asesinado por el Ejército de Liberación Nacional (ELN), grupo terrorista colombiano de orientación comunista del que fueron dirigentes los ex sacerdotes Camilo Torres (19291966) y Manuel Pérez (19431998).
Monseñor Jaramillo era un obispo volcado con los más necesitados desde los planteamientos de la doctrina social de la Iglesia y la caridad cristiana, y opuesto a la Teología de la Liberación y la exacerbación de los conflictos sociales explotada por grupos como el ELN.
El 2 de octubre de 1989 viajaba en un todoterreno entre Fortul y Tame, municipios del departamento de Arauca, acompañado por tres sacerdotes, un seminarista y una mujer, cuando tres hombres vestidos de civil y que se identificaron como miembros del ELN les detuvieron. Inicialmente retuvieron solo a monseñor Jaramillo y al sacerdote Elmer Muñoz, dejando ir a los demás. Posteriormente se les unieron otros ocho terroristas, que increparon al prelado antioqueno, que contaba entonces 73 años, por su buena relación con las Fuerzas Armadas.
De todo ello fue testigo el padre Muñoz, a quien posteriormente también liberaron. Pero algo intuyó monseñor Jaramillo sobre lo que iba a pasar, porque antes de que se fuera le pidió al sacerdote que se confesaran mutuamente.
Al día siguiente, Don Elmer regresó al lugar en compañía de unos campesinos y se encontró el cuerpo sin vida del prelado, con signos de tortura y siete disparos de fusil en el cuerpo.
Jaramillo nacido en Santo Domingo (Antioquia), era miembro del Instituto de Misiones Extranjeras de Yarumal, una congregación fundada por el obispo Miguel Ángel Builes en 1927. Ordenado sacerdote en 1940, cuando llegó a Arauca como vicario apostólico en 1970 comenzó un intenso apostolado social, que prosiguió tras ser erigida la diócesis en 1984 y ser nombrado su titular. Había sido amenazado de muerte varias veces por el ELN.
"Tenía fama de sencillo, era un hombre de oración. Leí algunas homilías suyas y son hermosas, vivió de una manera entregada a sus fieles, sabiendo que se arriesgaba", recordó el miércoles el nuncio en Colombia, Ettore Balestrero.
En un día grande para la Iglesia en Colombia, el Papa firmó también el reconocimiento de otro mártir, el sacerdote Pedro María Ramírez Ramos (conocido como el Cura de Armero), y de las virtudes heroicas de Ismael Perdomo Borrero, quien fuera arzobispo de Bogotá.
Pedro María Ramírez Ramos, el Cura de Armero, asesinado en odio a la fe durante las revueltas contra el gobierno conservador colombiano en 1948.
El Cura de Armero nació en 1899 en La Plata y fue ordenado sacerdote en 1931. Tras desempeñar diversos destinos, fue nombrado párroco de Armero en 1948. El 10 de abril de ese mismo año, durante el periodo de violencia contra el gobierno conservador de Mariano Ospina que siguió al asesinato de Jorge Eliece Gaitán, candidato liberal a la presidencia de la República, un grupo de personas irrumpió en la iglesia y, tras profanar el templo, asesinaron a machetazos al sacerdote acusándole de ocultar armas. Las religiosas que se habían refugiado en la iglesia con él le animaron a escapar, a lo que él se negó por entender que su deber estaba en su parroquia.
En cuanto al arzobispo Ismael Perdomo Borrero, nació en 1872, fue ordenado sacerdote en 1896 y en 1897 se doctoró en Teología Sagrada. En 1928 fue nombrado arzobispo de Bogotá y en 1949 vicario castrense de las Fuerzas Armadas de Colombia. Falleció el 3 de junio de 1950 tras dos años de enfermedad, con fama de santidad.