Seis obispos de la directiva de la Conferencia Episcopal de Venezuela (CEV) se reunieron ayer jueves con el Papa Francisco en Roma, para «abogar por su pueblo» y «sin ningún interés de entrar en confrontación con el Gobierno», según declararon. 

Su presidente, Diego Padrón, arzobispo de Cumaná, resumió así la situación del país: «todo el pueblo sufre hambre, la falta de medicina, la inseguridad y la zozobra» y ya van «dos meses de continuas manifestaciones diarias donde ya han muerto 70 jóvenes de manera violenta y cada vez más violenta».

«Estamos realmente muy preocupados y el Papa nos ha manifestado que él personalmente siente profundamente la situación y que está bien enterado, que nos acompaña en todo y que está muy cercano al pueblo venezolano», afirmó Padrón.

Los obispos entregaron al Santo Padre un informe sobre las víctimas mortales de las manifestaciones, «la flor y nata» del país, y otro con «todos los comunicados, afirmaciones y decisiones» de la CEV.


Francisco, según el presidente de los obispos venezolanos, demostró estar «muy bien informado» y «muy conmovido» por lo ocurrido y les trasladó «todo su apoyo, tanto a la Iglesia como al pueblo venezolano».

Según el arzobispo, el Papa está a favor de una nueva mediación, tras la fracasada mesa de negociación en la que participó el Vaticano, pero tiene que estar basada en la carta que el secretario de Estado vaticano, Pietro Parolín, mandó en diciembre. En ella, Parolín, antiguo nuncio en Venezuela, reclamaba al Gobierno la creación de un canal humanitario, el reconocimiento de la Asamblea Nacional, la liberación de los presos políticos y una ruta electoral.


Preguntado por lo que puede hacer el Papa argentino para aliviar la situación en el país, Padrón destacó que «tiene un gran radio de acción» y puede recurrir a su gran influencia en todo el mundo. «El Papa tiene un gran radio de acción. Todos los contactos, toda la moral que tiene para hablarles a los Gobiernos y a los pueblos, y él puede hacer mucho en favor de Venezuela», dijo. «Confiamos en que esa visión internacional y esa ayuda internacional va a ayudar al pueblo venezolano», sostuvo.

Y añadió: «Cuando los Estados, los Gobiernos y los pueblos del mundo entero hablan de una situación, son una gran fuerza para hacer cambiar la situación».

El presidente de la CEV dijo que la solución para pacificar su país pasa por que «el Gobierno cuanto antes admita que las políticas son erradas» y que reconozca «las necesidades del pueblo».

«En este momento hay necesidad de abrir una ayuda humanitaria. No importa el nombre. Si al Gobierno no le gusta la palabra canal humanitario podemos utilizar otra, como solidaridad fraterna. Pero no podemos negar la realidad», explicó a los medios.


     El Papa Francisco con los obispos venezolanos, que le entregaron un detallado informe


Padrón dijo que la Santa Sede apoya «totalmente» el rechazo a la reforma de la Constitución que el Gobierno del presidente Nicolás Maduro pretende impulsar, porque, según la CEV, «es innecesaria», ya que el pueblo «necesita alimento, medicina, seguridad, lecciones, respeto a su dignidad y, por ejemplo, el derecho a la manifestación». «Y eso no se va a resolver con un cambio de Constitución», dijo.

Padrón denunció en la rueda de prensa la «propaganda» del Gobierno venezolano, que ha manifestado que «el Papa está de su parte y, por lo tanto, en contra de la oposición y lejos del pueblo». «Queremos desmentir totalmente esa posición. Estamos convencidos de que el Papa va por la línea del Evangelio y está fundamentalmente con aquellos que más sufren. Por eso el Papa apoya hoy todo lo que se haga en favor de Venezuela y todo lo que haga la CEV», señaló.

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