Francisco calificó a los miembros de la comisión “de buenos teólogos, obispos, y cardenales" y explicó que hace ya tres años que él, como Papa, recibió un informe con conclusiones de Ruini: “El informe Ruini es muy, muy bueno”, destacó.
En él se distingue entre las 7 primeras apariciones y todas las otras. Ahora Roma estudia cuál debe ser la respuesta pastoral, como atender a los fieles que acuden a Medjugorje, con el arzobispo polaco Henryk Hoser nombrado en febrero como “enviado especial” para analizar el tema.
Vatican Insider difunde cuáles son los principales hallazgos del informe Ruini sobre Medjugorje, en un análisis que publicamos a continuación por su interés.
Trece votos a favor del reconocimiento de la sobrenaturalidad de las primeras 7 apariciones de Medjugorje, un voto en contra y uno suspensivo. La mayor parte de votos suspensivos y muchas dudas sobre el proseguir del fenómeno de las apariciones desde finales desde 1981 hasta la fecha.
Este es el resultado final del trabajo de la comisión sobre Medjugorje instituida en 2010 por Benedicto XVI y presidida por el cardenal Camillo Ruini.
Benedicto XVI con Camillo Ruini; el Papa encargó a Ruini presidir la investigación sobre Medjugorje
Un documento al que se refirió el Papa durante el diálogo con los periodistas al volver de Fátima, cuando reveló la distinción entre las primeras apariciones y el fenómeno posterior, diciendo: «una comisión compuesta por buenos teólogos, obispos y cardenales. La relación de la comisión es muy, muy buena».
Como se sabe, la indicación de las palabras del Pontífice es positiva sobre los frutos espirituales y las conversiones («gente que se convierte, que encuentra a Dios, que cambia de vida. Y esto no gracias a una varita mágica»), pero negativa sobre las apariciones que continúan en la actualidad: « Yo, personalmente, soy más malo, prefiero a la Virgen Madre que a la Virgen que se vuelve encargada de una oficina de telégrafos y envía un mensaje cada día».
Del 17 de marzo de 2010 al 17 de enero de 2014, por voluntad de Benedicto XVI, fue instituida una comisión presidida por Ruini. Además del ex-presidente de la Conferencia Episcopal de Italia, formaban parte de ella los cardenales Jozef Tomko, Vinko Puljić, Josip Bozanić, Julián Herranz y Angelo Amato.
Además también estaban el psicoanalista Tony Anatrella, los teólogos Pierangelo Sequeri, Franjo Topić, Mihály Szentmártoni y Nela Gašpar, el mariólogo Salvatore Perrella, el antropólogo Achim Schütz, el canonista David Jaeger, el relator de las Causas de los Santos Zdzisław Józef Kijas, el psicólogo Mijo Nikić y el oficial de la Doctrina de la Fe Krzysztof Nykiel.
Tuvieron la tarea de «reunir y examinar todo el material» sobre Medjugorje y presentar «una relación detallada», con la votación sobre la «sobrenaturalidad o no» de las apariciones, además de indicar las «soluciones pastorales» más adecuadas.
La comisión se reunió 17 veces, evaluó toda la documentación depositada en el Vaticano, en la parroquia de Medjugorje y en los archivos de los servicios secretos de la ex Yugoslavia. Escuchó a todos los videntes y testigos, y en abril de 2012 hizo una visita al pequeño pueblo de Bosnia-Herzegovina.
La comisión identificó una diferencia muy neta entre el inicio del fenómeno y su desarrollo posterior. Y decidió expresarse con dos votaciones diferentes sobre dos fases diferentes: las primeras 7 presuntas apariciones, que se dieron entre el 24 de junio y el 3 de julio de 1981, y todo lo que sucedió después. Los miembros y los expertos se expresaron con 13 votos a favor de reconocer la sobrenaturalidad de las primeras visiones. Uno de los miembros votó en contra y uno de los expertos expresó un voto suspensivo.
La comisión sostiene que los siete chicos videntes eran normales psíquicamente, que fueron sorprendidos por la aparición, y en que no hubo ninguna influencia exterior (ni por parte de los franciscanos de la parroquia ni de otros sujetos) en lo que dijeron haber visto. Se negaron a contar lo que habían visto a pesar de que la policía los hubiera arrestado y amenazado de muerte.
La comisión también descartó la hipótesis del origen demoníaco de las apariciones.
En relación con la segunda fase de las apariciones, la comisión tuvo en cuenta las fuertes interferencias provocadas por el conflicto entre el obispo y los franciscanos de la parroquia, así como por el hecho de que las apariciones, preanunciadas y programadas singularmente para los videntes (y ya no en grupo), hayan continuado con mensajes repetitivos. Estas continúan, a pesar de que los chicos hubieran dicho que habrían acabado, cosa que no se ha verificado.
Y después está el tema de los “secretos” de tintes apocalípticos que los videntes afirman haber recibido de la aparición.
Sobre esta segunda fase, la comisión votó en dos momentos diferentes. Una primera vez tomando en cuenta los frutos espirituales de Medjugorje, pero dejando a un lado el comportamiento de los videntes. En esta votación 3 miembros y 3 expertos afirmaron que había efectos positivos, 4 miembros y 3 expertos indicaron que había efectos mixtos, principalmente positivos, y otros 3 miembros dijero que había efectos mixtos (positivos y negativos). Si además de los frutos espirituales se tiene en cuenta el comportamiento de los videntes, 8 miembros y 4 expertos consideraron que no se podía dar un juicio, mientras que otros 2 miembros votaron en contra de la supernaturalidad.
Después de haber constatado que los videntes de Medjugorje nunca fueron seguidos adecuadamente desde el punto de vista espiritual, y de haber observado que desde hacía tiempo ya no formaban parte de un grupo, la comisión se pronunció a favor de levantar la prohibición de organizar peregrinaciones a Medjugorje (con los votos de 13 miembros y expertos de los 14 que estaban presentes) y votó a favor de la creación en Medjugorje de «una autoridad dependiente de la Santa Sede» y de la transformación de la parroquia en un santuario pontificio.
Una decisión motivada por cuestiones pastorales (el cuidado de los millones de peregrinos que llegan allí, evitar que se formen “iglesias paralelas”, aclarar cuestiones económicas), pero que no implicaría reconocer la supernaturalidad de las apariciones.
También habló al respecto durante la entrevista volviendo de Fátima. La Congregación para la Doctrina de la Fe, guiada por el cardenal Gerhard Ludwig Müller ha expresado sus dudas sobre el fenómeno y también sobre la relación de la comisión Ruini, considerada como un documento confiable pero que debe ser comparado con otros pareceres y documentos.
En 2016 se llevó a cabo una Feria IV, la reunión mensual de los miembros del dicasterio, convocada para discutir sobre el caso de Medjugorje y sobre la relación de la comisión Ruini. Cada uno de los cardenales y obispos miembros recibió el texto de la comisión pero también más documentos que se encuentran en la Congregación para la Doctrina de la Fe. Durante la reunión se le pidió a los miembros que expresaran sus opiniones.
El Papa Francisco, que no quería que la relación de la comisión Ruini fuera “subastada”, estableció que le enviaran a él, personalmente, todos los pareceres de los miembros de la Feria IV. Y esto se cumplió puntualmente.
El Papa, después de haber examinado la relación de la comisión Ruini y los pareceres de los miembros de la Congregación para la Doctrina de la Fe, decidió encomendar al arzobispo polaco Henryk Hoser, una misión de «enviado especial de la Santa Sede» para «adquirir conocimientos más profundos sobre la situación pastoral» en Medjugorje y, «sobre todo, de las exigencias de los fieles que allí se dirigen en peregrinaje» para «sugerir eventuales iniciativas pastorales para el futuro».
Antes de que termine el verano de este 2017 el enviado de la Santa Sede le entregará los resultados de su trabajo al Papa y este tomará una decisión.