El Papa designó este sábado al arzobispo de Varsovia, Henryk Hoser, como su "enviado especial" para Medjugorje. "La misión tiene como finalidad", especifica la Oficina de Prensa de la Santa Sede, "adquirir un conocimiento más profundo de la situación personal de aquella realidad y, sobre todo, de las necesidades de los fieles que llegan allí en peregrinación y, en base a ellas, sugerir eventuales iniciativas pastorales para el futuro".
La misión "tendrá, por tanto, un carácter exclusivamente pastoral", concluye el comunicado, que indica que deberá estar completada "antes del próximo verano".
Según añadió Greg Burke, portavoz de la Santa Sede, "el enviado especial no entrará a considerar las apariciones marianas, que es un asunto doctrinal competencia de la Congregación para la Doctrina de la Fe".
Actualmente la consideración sobre el fenómeno de Medugorje está pendiente de lo que decida el Papa sobre el informe de la comisión de investigación nombrada en 2010 durante el pontificado de Benedicto XVI y presidida por el cardenal Camillo Ruini. El informe obra en poder de Francisco desde 2014.