La Sala de Prensa vaticana ha detallado que la decisión papal se ha tomado tras una consulta habitual a a las Conferencias Episcopales, las Iglesias Orientales Católicas y la Unión de los Superiores Generales.
Además también ha escuchado las sugerencias de los padres de la pasada Asamblea sinodal y el parecer del XIV Consejo Ordinario.
Asimismo, se explica que el tema, “expresión de la preocupación pastoral de la Iglesia hacia los jóvenes, está en continuidad con lo surgido de las recientes Asambleas sinodales sobre la familia y con los contenidos de la exhortación apostólica post-sinodal Amoris Laetitia”.
Se quiere “acompañar a los jóvenes en su camino existencial hacia la madurez para que, a través de un proceso de discernimiento, puedan descubrir su proyecto de vida y realizarlo con alegría, abriéndose al encuentro con Dios y con los hombres y participando activamente en la edificación de la Iglesia y de la sociedad”.
El Sínodo de los obispos es una asamblea de obispos procedentes de distintas regiones del mundo. Esta asamblea fue creada por el Papa Pablo VI el 15 Septiembre de 1965, para responder así al deseo de los padres del Concilio Vaticano II de mantener vivo el buen espíritu nacido de la experiencia conciliar.
Las Asambleas generales pueden ser ordinarias y extraordinarias. Las Asambleas extraordinarias del Sínodo de los Obispos tratan cuestiones que exigen una resolución rápida.
La diferencia entre una y otra es también la designación de los miembros de la Asamblea: en la Asamblea extraordinaria participan menos personas que en la Asamblea ordinaria, para facilitar la discusión rápida de los temas a estudiar.
El último Sínodo celebrado abordó el tema de la familia, se estructuró en dos etapas separadas por un año y tuvo una gran atención mediática. El resultado de este camino fue la exhortación apostólica del Santo Padre Amoris Laetitia sobre amor y familia.