En septiembre de 2016 salió a la venta en Italia el libro-entrevista Últimas Conversaciones, en el que el periodista alemán Peter Seewald recogía algunos diálogos, a veces reveladores, mantenidos con su compatriota el Papa emérito Benedicto XVI.
Entre las sorpresas del libro figuraron algunas circunstancias familiares desconocidas hasta ahora, como el hecho de que su madre, María Rieger, fuese hija ilegítima, es decir, que ella nació fuera del matrimonio.
La joven María Rieger, a los 16 años, en 1900;
no se casaría hasta veinte años después
La familia Ratzinger lo descubrió en plena época de nazismo, cuando la burocracia alemana empezó a exigir certificados raciales de antecedentes arios en numerosas ocasiones. Joseph Ratzinger, padre del Papa emérito, que era gendarme en Baviera, tuvo que presentar un certificado racial suyo y de su esposa. Al reunir la documentación se dieron cuenta de que María Rieger había nacido antes de que sus padres se casasen. Su padre, el panadero Rieger, pensaba que esa situación civil se arreglaba automáticamente al celebrar el matrimonio, pero descubrió después que no era así.
Maria Rieger, sentada a la derecha, con su familia, poco antes de casarse en 1920, con 36 años.
Hay que recordar que los padres de Benedicto XVI se conocieron en 1920 por un anuncio en el diario católico Correo de Nuestra Señora de Altotting: "Funcionario del Estado, soltero, católico, de 43 años, con derecho a pensión, quiere contraer matrimonio con una muchacha católica, que sepa cocinar y a ser posible coser, con patrimonio". María era cocinera y más joven: él tenía 43 años y ella 36. Se casaron ese mismo año.
La novia del Ratzinger estudiante
Últimas conversaciones no recoge, sin embargo, un dato que su autor, Peter Seewald sí difundió posteriormente en una entrevista en el semanario alemán Die Zeit, luego difundida por las agencias. "Sí, tuvo un amor durante sus estudios que fue muy serio", afirma del joven Ratzinger estudiante tras la Segunda Guerra Mundial.
Este amor, asegura el periodista, "le causó mucho tormento. Tras la Segunda Guerra Mundial, por primera vez hubo chicas estudiantes. Él era realmente alguien muy elegante, un joven apuesto, un esteta que escribía poemas y leía a Hermann Hesse".
"Uno de sus compañeros de estudios me contó que (Joseph Ratzinger) impresionaba a las mujeres -y viceversa. Decidirse por el celibato no fue algo fácil para él", afirma el periodista, aunque no aportó más datos sobre ese amor de juventud.
Artículo publicado en ReL el 10 de septiembre de 2016.