El encuentro contó con una parte dedicada a 30 jóvenes elegidos entre miles que participaron a los proyectos de Scholas sobre ciudadanía, y la otra a un centenar de universitarios y profesionales que se realizó en la Casina Pio IV en el Vaticano.
Durante el encuentro se anunció además que el próximo ‘Partido de la Paz’, será el 10 de junio en Argentina con motivo del bicentenario de dicho país. Por ello le presentaron un olivo al Papa para que lo bendiga y que será plantado antes de dicho evento deportivo, además de una pelota de fútbol que el Santo Padre entregó a algunos jugadores allí presentes.
Scholas Ocurrentes –actualmente fundación pontificia– es una Red Mundial de Escuelas para el Encuentro que nació inspiradas por el Papa Francisco para promover la vinculación de las escuelas del mundo, con proyectos compartidos hacia las de menores recursos. Nació cuando Bergoglio era arzobispo de Buenos Aires, con las ‘Escuelas de vecinos’ y las ‘Escuelas hermanas’.
Antes de la llegada del Santo Padre tres actores famosos, George Clooney, Salma Hayek y Richard Gere, hablaron de educación y valores. Y más tarde recibieron un galardón con medallas con el símbolo del olivo de la paz.
La actriz Salma Hayek, su esposo François-Henri Pinault y su hija Valentina, en el Vaticano para el encuentro de Scholas Occurrentes
El Papa a su llegada, deseó que en el congreso “se haya dado ese clima de comunicación, de puente, de encuentro, que es un desafío para este mundo que corre el riesgo de atomizarse y separarse”. Porque –señaló el Papa– cuando los pueblos se separan y los amigos se separan, se puede fácilmente sembrar odio y enemistad, en cambio cuando se encuentran nace una cultura que de la amistad que es lo contrario de la cultura del descarte.
Una de las coordinadoras, María Paz Jurado, contó los tres días con los 30 jóvenes de los cinco continentes. Sana Alí, de los Emiratos Arabes, indicó las dificultades y esperanzas encontradas; el joven salteño Nahuel Moreno de Argentina, señaló la importancia de haber comunicado superando lenguajes y distancias; y la joven mexicana, Ariana Licet Nuñez señaló en una conmovedora narración el problema del bullying, que ella sufrió en primera persona.
El Papa respondiendo a ‘si había pensado alguna vez dejar de serlo porque era demasiada responsabilidad’, les confió que “no se me había ocurrido que me iban a elegir a mí”, pero que en ese momento recibió una paz profunda. Señaló que construir un mundo mejor se puede resumir en lo que hemos hablado, “que cada personas sea reconocía en su identidad”.
Añadió que “la personalidad necesita pertenencia”, que una persona sin identidad no tiene futuro, y es preciso tener identidad, de cualquier tipo que sea.
Entretanto añadió que no basta hablar, sino que es necesario también el lenguaje de los gestos, “una palmada, una sonrisa que da esperanza, mirar a los ojos y gestos de aprobación y esperanza”.
El Santo Padre añadió que el bullying es una agresión que esconde una profunda crueldad, como las guerras. Y contó que una monja de un país africano con guerras intestinas, “me envió fotos que tengo acá” y “que sucedieron el mes pasado”. ¡Un niño degollado, un niño!, es la misma crueldad!
Exhortó por ello a ‘desterrar todo tipo de crueldad’. Y explicó que hay que tener la capacidad de escuchar al otro, de no discutir en seguida, y que cuando hay diálogo ambos ganan. “No discutir sino persuadir con mansedumbre” dijo.
Carina Rosa y Daniel Sigliano, también coordinadores de estas iniciativas explicaron las cátedras de Scholas y la propuesta de unir la sabiduría de las universidades a los proyectos que llegan a Scholas. Así al Santo Padre fueron presentados los compromisos que asumieron las 37 universidades con las cátedras Scholas para desarrollar consultoría experta de al menos un proyecto de Scholas durante un año, 17 de ellas de América, 2 de África, 2 de Asia, 16 de Europa.
De los participantes al Congreso que se realizó en la Casina Pio IV, unas seis personas de diversos credos, prepararon una oración interreligiosa que recitaron delante del Santo Padre. Además un grupo del proyecto Scholas Arts interpretó una música con instrumentos y canto, y le entregaron un violín construido con las técnicas usadas por los primeros jesuitas. Contaron también cuando llevaron al Polo Norte un olivo como símbolo de Scholas, y dos surfistas con sus tablas le pidieron al Papa que se las firme.