El Papa Francisco ha aprobado el decreto de las virtudes heroicas del siervo de Dios Rafael Manuel Almansa Riaño, sacerdote diocesano colombiano, de la Orden de los Hermanos Menores; nacido el 2 de agosto de 1840 y muerto el 28 de junio de 1927.
Conocido como el Padre Almansa, trabajó con los fieles en Cúcuta, Bucaramanga y fue capellán de la iglesia de San Francisco en Bogotá.
Famoso por sus consejos a los habitantes de todas las clases sociales de la ciudad, al fallecer el Consejo de la urbe levantó un monumento de mármol en su tumba situada en el Cementerio Central de la ciudad. Para que se autorice su beatificación es necesario que se cumpla un milagro por la intercesión del siervo de Dios Almansa.
Asimismo, el Santo Padre ha aprobado los decretos de los milagros atribuidos a dos beatos, uno italiano y uno francés.
Se trata del beato Luigi Pavoni, sacerdote, fundador de la congregación de los Hijos de María Inmaculada (los pavonianos); nacido el 11 de noviembre de 1784 y muerto el 1 de abril de 1849, quien entre otras cosas realizó un modelo de educación y iniciación al trabajo que anticipó las actuales escuelas profesionales.
Y del francés beato Salomón Leclercq (en el siglo Guillermo Nicolas Luis), de los Hermanos de las Escuelas Cristianas (Hermanos de La Salle o lasallanos), nacido el 15 de noviembre de 1745 y asesinado el 2 de septiembre de 1792 en París. Preso en el convento de los carmelitas durante la Revolución Francesa por no haber jurado la Constitución Civil del Clero, fue masacrado a golpes de espada junto a los demás prisioneros.