El Papa Francisco recibió este viernes a las participantes de la XXI Asamblea Plenaria de la Unión Internacional de Superioras Generales (UISG) en el Vaticano. La cuestión de los abusos, el diaconado, el papel de la mujer en la Iglesia, la posibilidad de un viaje apostólico al sur de Sudán. Estos son algunos de los temas tratados por el Papa Francisco durante el diálogo con las Superioras Generales
“Nadie nos puede robar la pasión por la evangelización. No hay Pascua sin misión: ‘Vayan y anuncien el Evangelio a todos los hombres’”, dijo el Papa.
El Papa respondió a varias preguntas de las superioras sobre diversos temas, tal y como recoge Vatican News.
Abuso de poder
El Papa subrayó, en particular, que las religiosas no deben "convertirse en servidores de un clérigo. Deben llevar a cabo su misión en la dimensión de servicio, no en la de servidumbre".
Diaconado femenino
En cuanto al diaconado femenino, el Papa recordó que una comisión había examinado a fondo esta cuestión. Para "un decreto sacramental", explicó, se necesita un fundamento teológico e histórico. El trabajo, dijo el Santo Padre, continuará.
Sudán del Sur en el corazón del Papa
Respondiendo a la pregunta de una superiora de Sudán del Sur, el Papa dijo, finalmente, que este año quizás haya la posibilidad de un viaje. No es una promesa, precisó, sino una posibilidad que tal vez se haga realidad con ocasión del viaje apostólico a Mozambique, Madagascar y Mauricio. "Quiero ir -dijo-, llevo a Sudán del Sur en mi corazón".
El Papa continúa: “Vayan hermanas y anuncien a Cristo Resucitado como la fuente de la alegría que nada ni nadie nos puede arrebatar. Renueven constantemente su encuentro con Jesucristo Resucitado y serán sus testigos, llevando a todos los hombres y mujeres amados por el Señor, particularmente a cuantos se sienten víctimas de la cultura de la exclusión, la dulce y confortadora alegría del Evangelio”.
Tengan miedo de ser insignificantes
El Papa constató el momento difícil que pasa la vida consagrada, particularmente lo que se refiere a la disminución numérica y apuntó dos tentaciones: “la tentación del desánimo, la resignación o el “arrocamiento” en lo de “siempre se ha hecho así”.
Por eso el Papa insistió: “no tengan miedo de ser pocas, sino de ser insignificantes, de dejar de ser luz que ilumine a cuantos están inmersos en la ‘noche oscura’ de la historia. No tengan miedo tampoco de ‘confesar con humildad y a la vez con gran confianza en el amor de Dios su fragilidad’. Tengan pánico de dejar de ser sal que dé sabor a la vida de los hombres y mujeres de nuestra sociedad”.
El Papa enumeró el mucho bien que hacen las religiosas. Porque la Iglesia y el mundo “necesitan de su sonrisa amiga que les devuelva confianza; de sus manos que les sostengan en su caminar; de su palabra que siembre esperanza en sus corazones; de su amor al estilo de Jesús que cure las heridas más profundas causadas por la soledad, el rechazo y la exclusión”.
Además, el Papa invitó a descentrarse: “Cuanto más urgente es descentrarse para ir a las periferias existenciales, más urgente es centrarse en Él y concentrarse en los valores esenciales de nuestros carismas”.
Igualmente, prosiguió afirmando que “entre los valores esenciales de la vida religiosa está la vida fraterna en comunidad. Compruebo con tanta alegría los grandes logros que se han alcanzado en esa dimensión: comunicación más intensa, corrección fraterna, búsqueda de la sinodalidad en la conducción de la comunidad, acogida fraterna en el respeto por la diversidad”.
Preocupaciones sobre la vida fraterna
El Papa expresó su preocupación sobre algunos puntos fundamentales de la vida fraterna, uno de ellos son las personas que llevan años ausentes ilegítimamente de las comunidades; le preocupa aquellos Institutos “en los que la multiculturalidad y la internacionalización no son vistas como una riqueza, sino como una amenaza”.
“Vivan hermanas la internacionalización de sus Institutos como buena noticia. Vivan el cambio de rostro de sus comunidades con alegría, y no como un mal necesario para la conservación. La internacionalidad y la interculturalidad no tienen vuelta atrás”, dijo.