La Penitenciaria Apostólica ha publicado este lunes una nota con la que pretende aclarar y recordar la doctrina católica acerca del secreto de confesión y del fuero interno. Se trata de una respuesta a las pretensiones de varios estados y las presiones de parte de los generadores de la opinión pública para que se rompa el secreto sacramental en la confesión bajo el pretexto, en estos casos, de la lucha contra los abusos sexuales.
Con este texto, la Santa Sede pretende “reafirmar la importancia y promover una mejor comprensión de aquellos conceptos, propios de la comunicación eclesial y civil, que hoy parecen haberse vuelto más ajenos a la opinión pública y en ocasiones al propio ordenamiento jurídico civil”.
Proviene del derecho divino revelado
Por ello, la Penitenciaria Apostólica recuerda que el secreto inviolable de la confesión “proviene directamente del derecho divino revelado y está enraizado en la naturaleza misma del sacramento hasta el punto de no admitir ninguna excepción en la esfera eclesial, tampoco en el civil”.
La nota recalca que “en la celebración del sacramento de la Reconciliación se encierra la esencia misma del cristianismo y de la Iglesia”.
La nota está firmada por el penitenciario mayor, el cardenal Mauro Piacenza
Violación de la libertad religiosa
De este modo, el cardenal Piacenza en su condición de penitenciario mayor recuerda en el texto que “toda acción política o iniciativa legislativa dirigida a forzar la inviolabilidad del secreto sacramental constituirán una inaceptable ofensa a la libertad eclesial”.
Esto sería –agrega el cardenal- “una violación de la libertad religiosa, jurídicamente fundadora de otras libertades, incluida la libertad de conciencia de los ciudadanos, tanto penitentes como confesores”.
Tras recordar que en la confesión el sacerdote actúa en la misma persona de Cristo se vuelve a recordar que “todo penitente que, humildemente, se dirige al sacerdote para confesar sus pecados, testimonia el gran misterio de la Encarnación y la misma esencia sobrenatural de la Iglesia y del sacerdocio ministerial”.
Defender el secreto sacramental "hasta derramar la sangre"
Es por esto mismo por lo que “la defensa del secreto sacramental por parte del confesor, si fuese necesario hasta derramar la sangre, representa no sólo un acto de lealtad hacia el penitente, sino mucho más: un necesario testimonio, un martirio, directamente vinculada con la unicidad y la universalidad salvífica de Cristo en la Iglesia”.
En su afán por aclarar estos conceptos, el cardenal Piacenza señala que “la defensa del secreto sacramental y la santidad de la confesión no se podrán constituir nunca en alguna forma de connivencia con el mal, al contrario, representan el único antídoto verdadero contra el mal que amenaza al hombre y al mundo entero”.
Firme propósito de enmienda
“Ante pecados que supongan un delito, no está permitido nunca poner al penitente, como condición para la absolución, la obligación de entregarse a la justicia civil, debido al principio natural, recogido en todo ordenamiento, según el nemo tenetur se detegere”, principio jurídico según el cual nadie está obligado a reconocer su culpabilidad, afirma la nota.
Pero a su vez recalca que “pertenece a la naturaleza del sacramento de la Reconciliación, como condición para su validez, el sincero arrepentimiento, junto al firme propósito de enmendarse y de no reiterar el mal cometido”.
Puede leer aquí íntegra la nota de la Penitenciaría Mayor (en italiano)