El cardenal George Pell, prefecto de la Secretaría de Economía de la Santa Sede, se ha reunido en la mañana del jueves en Roma con un grupo de víctimas de abusos sexuales de la diócesis australiana de Ballarat, que han viajado para presenciar los interrogatorios que el purpurado ha realizado con la Royal Commission into Institutional Responses to Child Sexual Abuse.
Tras el encuentro con las víctimas, el cardenal ha leído un comunicado a la prensa allí congregada diciendo que durante la reunión ha escuchado “cada una de sus historias y de sus sufrimientos”.
Así, ha definido el momento como “difícil” a la vez que “honesto” y “emocional”. El cardenal Pell se ha comprometido “a trabajar con estas personas de Ballarat y sus alrededores”. Al mismo tiempo ha asegurado conocer “a muchas de sus familias” y “la bondad de tantas personas en la Iglesia de Ballarat”. Una bondad –ha precisado– que no se extingue por el mal que fue hecho.
A continuación, ha afirmado que “todos queremos tratar de mejorar las cosas” especialmente en favor de los supervivientes y sus familias. El cardenal se ha comprometido nuevamente a continuar ayudando al grupo de trabajo de manera efectiva con los comités y organismos que hay tanto en la Iglesia de Roma como con la Pontificia Comisión para la protección de los menores.
“Un suicidio es demasiado. Y ha habido muchos de esos suicidios trágicos”, ha recordado el prefecto. Al respecto ha subrayado su compromiso para evitar “que el suicidio sea visto como una opción para aquellos que están sufriendo”.
A pesar de la distancia, el cardenal Pell ha renovado su deseo de ayudar y a hacer de Ballarat “un modelo de curación y de la paz”.
Asegurando que “no debe prometer lo que podría ser imposible” y que “todos sabemos lo difícil que es hacer las cosas”, sí ha reiterado su apoyo a la idea de crear un centro de investigación para mejorar la tutela y la protección de los menores.
Finalmente el cardenal ha animado a la comunidad de su antigua diócesis a seguir cooperando con los supervivientes para mejorar la situación. “Le debo mucho a la gente y la comunidad de Ballarat”, ha añadido mostrando su “profunda gratitud”. Sería maravilloso –ha concluido– que esta ciudad se conociera por ser un centro efectivo y el ejemplo de ayuda práctica para todos los heridos por el flagelo del abuso sexual.