El Papa Francisco volvió a sorprender esta mañana a los fieles que asistieron al rezo del Ángelus en la Plaza de San Pedro al regalarles la “Misericordina Plus”, una cajita con la corona del Rosario y una imagen de Jesús Misericordioso.
En noviembre de 2013 ya regaló la “Misericordina” para mantener los frutos del Año de la Fe que duró hasta el 24 de noviembre de 2014.
“La Cuaresma es un tiempo propicio para realizar un camino de conversión que tiene como centro la misericordia”, comenzó diciendo el Papa. “Por eso, hoy, he pensado regalarles a ustedes que están aquí en la plaza una “medicina espiritual” llamada “Misericordina Plus”.
Se trata de “una cajita que contiene la corona del Rosario y una imagen de Jesús Misericordioso”, dijo el Pontífice sonriente.
Como ocurrió la otra vez, las 40.000 “Misericordinas” que “revigorizan la misericordia en el alma” fueron distribuidas por “voluntarios, pobres, sin techo, refugiados y también religiosos”, informó el Papa.
“Acojan este don como una ayuda espiritual para difundir, especialmente en este Año de la Misericordia, el amor, el perdón y la fraternidad”.
La encargada de la iniciativa ha sido la Limosnería Apostólica, que tiene la tarea de practicar la caridad a favor de los pobres en nombre del Pontífice.
Cada caja contiene además una explicación en tres lenguas: italiano, español e inglés, para conocer la posología y detalles de este medicamento.
El 17 de noviembre de 2013 el Papa presentó así la “Misericordina”: “Ahora quisiera aconsejarles a todos ustedes una medicina. Pero alguien puede pensar: ‘¿El Papa ahora es farmacéutico?’. Es una medicina especial para concretar los frutos del Año de la fe, que llega a su fin. Es una medicina de 59 pastillas para el corazón. Se trata de una «medicina espiritual» llamada Misericordina. Una cajita con 59 grageas para el corazón. En esta cajita está la medicina y algunos voluntarios la distribuirán mientras ustedes salgan de la Plaza. ¡Tómenlas! Hay un rosario, con el que se puede rezar también la ‘coronilla de la Misericordia»’, ayuda espiritual para nuestra alma y para difundir por todos lados el amor, el perdón y la fraternidad. No se olviden de tomarla, porque hace bien. Hace bien al corazón, al alma y a toda la vida”.