El Papa Francisco dedicó el jueves por la mañana a visitar dos basílicas. En la de Santa María la Mayor rezó –como es su costumbre en la víspera de un viaje apostólico– ante el icono de la Virgen Salud del Pueblo Romano, devoción a la cual suele encomendar sus viajes internacionales.
Después, se desplazó a la basílica de San Juan de Letrán, con motivo de un encuentro con el clero romano en el inicio de la Cuaresma.
Allí se confesó y también confesó a otros sacerdotes, momento que recogió un fotógrafo de Avvenire.
El cardenal Agostino Vallini, vicario de Roma, explicó en una nota que este encuentro con los sacerdotes tenía un carácter penitencial "para experimentar la misericordia de Dios y también poder ser ministros de misericordia en las comunidades que nos han sido confiadas”. Las ofrendas entregadas por los sacerdotes como limosna de cuaresma serán entregadas a Cáritas. El Papa además regaló su libro El nombre de Dios es Misericordia a los sacerdotes del clero romano.
El Papa dirigió algunos consejos a los sacerdotes. “Sean misericordiosos como el Padre. No hay que apalear a la gente, sino acariciar como nos acaricia Dios”, les dijo, según recoge Radio Vaticana.
El encuentro fue guiado por Angelo de Donatis, responsable de la formación permanente del clero en Roma, que en 2014 ya tuvo a su cargo las reflexiones del retiro de Cuaresma del Papa Francisco y la Curia vaticana.