La entrevista concedida por el Papa Francisco al diario con sede en Hong Kong Asia Times fue publicada el 2 de febrero, y republicada el día 4, en parte y comentada en la prensa nacional china.

Luego de un silencio de casi 24 horas, los periódicos y sitios de Internet chinos han podido comenzar a expresarse al respecto, una vez que el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Lu Kang, hizo lo propio oficialmente, declarando que el gobierno chino “ha destacado esta entrevista como algo interesante”.

Lu Kang, asimismo, auguró que el Vaticano “debe mostrar una actitud flexible y pragmática, que cree las condiciones para mejorar las relaciones bilaterales”.

Hoy, en la mayoría de los diarios chinos estatales hay pequeños extractos, comentarios y editoriales que citan la entrevista. Entre ellos, se distinguen el Global Times (vinculado al Diario del Pueblo) y Guangcha (que tiene una fuerte impronta nacionalista).

El Papa –por voluntad del entrevistador- no habló de temas religiosos o de las relaciones entre China y la Santa Sede. Ambos diarios se explayan sobre las relaciones entre Beijing y el Vaticano, aconsejando a este último que ha de aceptar “los principios de independencia” de la Iglesia católica china.


El cardenal Zen, obispo emérito de Hong Kong, es uno de los mayores defensores de la libertad religiosa y los derechos humanos frente al Partido Comunista Chino.

Dichos “principios de independencia” (de teología, administración y jurisdicción) fueron plasmados en los tiempos de Mao Zedong, con la fundación de la Asociación Patriótica, y fueron ratificados por Deng Xiaoping y por las reglamentaciones que le siguieron.

Muchos católicos en China piensan que una Iglesia “independiente” implica despegarse de la autoridad papal, a la vez que significa una sumisión total al Partido.

Transcribimos a continuación el editorial publicado por Global Times el pasado 4 de febrero (traducción a cargo de AsiaNews)


[Fuente: Global Times,   Publicado: 4 de febrero de 2016, 0.58.01 hs]

Durante una entrevista con Asia Times llevada a cabo el 28 de enero, el Papa Francisco dijo que China “es una gran nación. Pero mucho más que una nación, es una gran cultura, con una inagotable sabiduría”. Que el Papa envíe saludos a China con la llegada del inminente Año Nuevo Chino es un hecho agradable, tanto para la población católica como para todos los chinos en general.

El mundo de los medios ha recalcado que, recientemente, el Papa ha enviado más de un mensaje cortés dirigido a China. Esto empuja a la gente a plantearse preguntas sobre la dirección futura que tomarán los vínculos entre China y el Vaticano.



El Vaticano todavía mantiene relaciones “diplomáticas” con Taiwan. Pero los analistas creen que su relación no sería un obstáculo en el camino de la normalización de los vínculos entre China y el Vaticano.

El desacuerdo más grande entre China y el Vaticano está en quién tiene la autoridad para nombrar a los obispos en las Iglesias de China. Los católicos en China sostienen los tres principios de autogobierno, auto-sustento y auto-difusión, y China nombra a sus propios obispos, pero el Vaticano afirma que esto es [sería] un derecho suyo.

El catolicismo en China ha adoptado su propio sistema. No es realista cambiar esta situación. El Vaticano no ha aprobado los principios chinos y incluso ha llegado a excomulgar a algunos obispos, lo cual ha llevado a un incremento de las tensiones entre China y el Vaticano.

Desde que asumió el papado, el Papa Francisco ha mostrado una actitud positiva en pos de una mejora de las relaciones bilaterales. Pero no será fácil alcanzar un acuerdo de salida del tema principal.

China da una gran importancia a la actual independencia existente entre las instituciones religiosas (locales, ndt) y aquellas que están fuera de China. No puede esperarse que Beijing asuma un compromiso sobre este punto.

Esta no es la primera vez que los católicos se enfrentan a la reclamación de independencia. Desde el punto de vista histórico, la independencia y el cisma del protestantismo asentaron un duro golpe a la Iglesia. Eso reconfiguró por entero el escenario de la Cristiandad en el mundo.

En el tiempo presente, el Papa ejerce poca influencia sobre las Iglesias, con excepción de la ortodoxia. La autonomía de las iglesias en cada nación es mucho más grande que la que había en el medievo.

Nosotros creemos que Beijing y el Vaticano encontrarán soluciones, al menos, en el sentido de ir volviendo, gradualmente, a unas relaciones bilaterales más distendidas.

Las autoridades chinas y el Papa permanecen en silencio acerca del modo de comunicarse. Pero dado que ambas partes, y especialmente el Vaticano, tienen la voluntad y el pragmatismo de resolver el problema, la atmósfera mejorará. Que China pueda afrontar bien las cuestiones de los católicos cuadra con los intereses de los fieles.

Estos últimos comentarios del Papa Francisco sobre China son un movimiento positivo. Pero, objetivamente hablando, para avanzar en las relaciones diplomáticas tendría más significado que el Vaticano acepte los principios de independencia de los católicos chinos.

En el vídeo, habla un sacerdote chino clandestino sobre el control y persecución del Gobierno comunista sobre los católicos