Durante la misa del pasado viernes 1 de enero, solemnidad de María Santísima Madre de Dios, celebrada por el Papa Francisco en el Vaticano, hubo una niña entre los  "reyes" que llevaron las ofrendas.

Algunos han aprovechado esa circunstancia para quitar  importancia al hecho de que en sendas cabalgatas de barrio en Madrid una mujer vaya a representar a uno de los tres Reyes Magos como aplicación de criterios de igualdad, paridad e ideología de género.

El hecho forma parte de una estrategia generalizada de la izquierda (Podemos, PSOE e Izquierda Unida), que gobierna casi todas las grandes ciudades españolas a pesar de no haber ganado las elecciones municipales en ninguna de ellas, para destruir toda referencia navideña durante las fiestas de Navidad: desde la supresión de belenes públicos a la prohibición a ochocientos niños de un colegio del barrio madrileño de Carabanchel de participar en una cabalgata sólo porque el colegio ofrece una educación diferenciada por sexos. (El ayuntamiento de la vecina ciudad de Alcorcón, que preside David Pérez, ha ofrecido a esos niños participar en su cabalgata.)

En realidad, como informa Aciprensa, la presencia de niñas disfrazadas de Reyes en la celebración del 1 de enero en el Vaticano es habitual desde hace tiempo. En 2012, tres niñas llevaron las ofrendas en la Misa que celebró el Papa Benedicto XVI.

Este año al menos cincuenta niños de la diócesis bávara de Eichstätt pasaron Año Nuevo en Roma y asistieron a la misa. En Alemania, los Sternsinger [Cantantes de la Estrella] son niños y niñas que se visten como los tres Reyes Magos y recolectan dinero para buenas causas durante este tiempo.

Es el caso de los tres que llevaron las ofrendas en la misa celebrada por Francisco: Stefan Waldau (10), Charlotte Niza (12) y Ulrich Bittl (12), quienes además llevaron un cofre con 45 cartas de niños alemanes para el Papa.

Hay una doble diferencia, pues, con el "caso Carmena".

Por un lado, los niños del Vaticano iban disfrazados de Reyes Magos, siendo visiblemente reconocidos como niños por todos los asistentes, mayores y menores. Ser niño o niña es indiferente, del mismo modo que en las representaciones navideñas de colegios femeninos a San José y al Niño Jesús los representan niñas. Sin embargo, en las cabalgatas del 5 de enero a quienes ven pasar los niños es a los mismos Reyes Magos. Como señalaba Arturo Pérez-Reverte en un artículo de hace dos años recientemente rescatado por el blog Mi Querida España, numerosos niños detectan entre ellos a una mujer, rompiendo todo el sentido del acto.

Por otro lado, y fundamental: lo que en el caso Vaticano es una inocente costumbre infantil, en el caso del Ayuntamiento de Madrid es una aplicación sectaria y confesada de la ideología de género (en rebelión contra la realidad de la condición de varones de los Reyes Magos, que están enterrados en la catedral de Colonia), decretada con la con intención de adoctrinar a los madrileños y corromper la ilusion infantil por los acontecimientos celebrados.