Este lunes el Papa Francisco recibió en una audiencia privada al cardenal Philippe Barbarin, arzobispo de Lyon, que pidió una reunión con el Pontífice para presentarle su renuncia después de haber sido condenado por un tribunal francés por no denunciar un caso de abusos de un sacerdote que se produjo hace más de dos décadas, que ya había prescrito para la Justicia por lo cual no habría sido admitido por el tribunal, y del que tuvo en conocimiento en 2014. Meses después, y tras haber consultado a Roma, apartó al sacerdote de su puesto.
La sentencia sorprendió incluso a la acusación, pues ni la Fiscalía quiso presentar cargos contra el cardenal precisamente por haber prescrito y porque consideraba no había pruebas de que en realidad hubiera habido ocultamiento. Ya en 2016 se había archivado este mismo caso.
Se mantendrá en el cargo de momento
El encuentro celebrado este lunes tuvo una duración de algo más de media hora, y este martes el portavoz vaticano, Alessandro Gisotti, ha afirmado que puede "confirmar que el Santo Padre no ha aceptado la dimisión presentada por el cardenal Philippe Barbarin".
“Consciente de la dificultad que vive en este momento la Arquidiócesis, el Santo Padre dejó al Cardenal Barbarin libre para tomar la mejor decisión para la Diócesis, y el Cardenal Barbarin ha decidido retirarse durante un período de tiempo y pedir al P. Yves Baumgarten, Vicario General, que asuma la guía de la Diócesis”, señala Gisotti en el comunicado difundido este martes 19.
De este modo, el Pontífice quiere esperar al resultado de la apelación de Barbarin y de la Fiscalía antes de decidir sobre la renuncia del arzobispo de Lyon. Mientras tanto, se mantendrá en su cargo.
La cercanía del Papa
La sentencia tiene según expertos jurídicos muchas lagunas por lo que creen que la apelación del cardenal tiene visos de prosperar. De hecho, los abogados del cardenal prepararon un informe jurídico a Francisco que se le ha traducido al español en el que le explican los motivos que limpiarían el nombre de Barbarin.
La prensa francesa destaca la cercanía que el Papa mostró al purpurado francés durante la audiencia de este lunes, destacando las sonrisas que le dedicó y cómo le cogió del brazo. De hecho, en este proceso que lleva años Francisco siempre había mostrado su apoyo al cardenal.