La figura de Benedicto XVI sigue teniendo un grandísimo tirón una vez fallecido. Mientras el pasado viernes era la Universidad San Dámaso de Madrid la que le otorgaba una medalla póstuma. Y, en los catálogos de las editoriales no dejan de aparecer sus obras más importantes. Ahora, el Correo Vaticano ha emitido un sello extraordinario en memoria del alemán.
Con un matasello especial y con fecha de 31 de enero de 2023, el sello se puede solicitar en la oficina de correos del Vaticano hasta el 4 de marzo. Algo que se espera, sin duda, que hagan los coleccionistas de toda Italia y de otras partes del mundo.
Su lápida y el escudo
El valor facial del sello (el precio que se franquea) es de 1,25 euros y la imagen es una fotografía del Papa Benedicto XVI, junto a la Virgen María, tomada durante su estancia en Val D'Aosta, del 13 al 29 de julio de 2009. La tirada es de 105.000 sellos. Que sin duda se quedará corta para la demanda que puede haber.
El matasellos especial muestra la lápida del Papa fallecido en las Grutas del Vaticano y su escudo de armas. Las letras que aparecen son: "1927 BENEDETTO XVI 2022", "POSTE VATICANE", "DIE EMISSIONIS" y "31 GENNAIO 2023".
Los sellos vaticanos son de los más coleccionados por los filatélicos del mundo. El pasado mes de noviembre, el correo vaticano dedicó una emisión al Palacio de España, sede permanente de la Embajada de España ante la Santa Sede, la primera del mundo, que cumplía 400 años.
Poste Vaticane es la organización responsable del servicio postal en la Ciudad del Vaticano. Comenzó a operar el 1 de agosto de 1929 y tiene cuatro sucursales. Poste Vaticane comprende también la Oficina Filatélica y Numismática de la Ciudad del Vaticano, encargada de la emisión de timbres postales, como el de Benedicto XVI, y de monedas conmemorativas de la Santa Sede.
El uso de sellos por parte de la Santa Sede se introdujo en el Vaticano en 1852. Los buzones amarillos son ya todo un icono en el paisaje de la Ciudad del Vaticano. En septiembre de 2020, por ejemplo, Poste Vaticane lanzó un sello con la imagen de la molécula del coronavirus.
Los sellos vaticanos figuran en millones de cartas de todo el mundo, de peregrinos o turistas que algún día pasaron por la Plaza de San Pedro. Como curiosidad, una carta franqueada y enviada por el propio Vaticano le llegó hace pocas semanas a un ciudadano alemán llamado Wolfgang Müller. Como buen católico abrió con emoción la correspondencia y se encontró con una multa de tráfico de sus vacaciones en Mallorca. La empresa NIVI SPA trabaja con varios servicios postales internacionales, incluido el del Vaticano, y debió hacerse un pequeño lío.