La magistratura del Vaticano ha abierto una investigación por participación en el delito de divulgación de documentos reservados contra los periodistas italianos Gialuigi Nuzzi y Emiliano Fittipaldi, autores de los libros ´Via Crucis´ y ´Avaricia´, respectivamente.
Lo indicó en la noche del miércoles 11 de noviembre el director de la oficina de prensa de la Santa Sede, el padre Federico Lombardi, precisando que la investigación se ha abierto después que la “actividad instructoria” realizada por los fiscales vaticanos “adquirió elementos de evidencia” que demuestran “la participación de los periodistas” en la difusión de documentos reservados.
Las personas investigadas podrán ser exoneradas o enviadas a juicio.
Dichos libros salieron a la luz pocos días atrás, haciendo públicos documentos reservados, en particular de la comisión COSEA, instituida por el papa Francisco para poder reformar la Curia Romana.
Los documentos presentados en los libros, son generalmente descontextualizados y denuncian un “escándalo” que favorece el éxito editorial.
El domingo pasado el papa Francisco después de rezar la oración del ángelus recordó que robar estos documentos es un delito. “Es un acto deplorable que no ayuda”, y ha explicado que él personalmente “había pedido hacer ese estudio, y esos documentos yo y mis colaboradores ya los conocíamos bien”.
El Pontífice ha precisado que esta reforma económica se está realizando, también con el “apoyo de toda la Iglesia, porque la Iglesia se renueva con la oración y con la santidad cotidiana de cada bautizado”.
El comunicado añade que otras personas que podrían haber colaborado están siendo investigadas.
La magistratura del Vaticano se apoya en la ley n.IX SCV, del 13 de julio de 2013 (art 116 bis c.p.), promulgada ya siendo pontífice Francisco, y después del llamado ´Vatileaks´ relacionado con las filtraciones de noticias realizadas por del mayordomo Paolo Gabriele, que asistía a Benedicto XVI.
Las personas actualmente sospechosas de haber filtrado documentos son monseñor Vallejo Balda y la profesional de relaciones públicas Francesca Chaouqui, el primero aún detenido. Ambos tuvieron que responder a los interrogatorios de la magistratura.
Por su parte el cardenal secretario de Estado, Pietro Parolín en declaraciones a la Radio Vaticano calificó a los ataques de “poco razonados, poco pensados, muy emotivos, por no decir histéricos”.
“No creo -añadió el cardenal- que sean ataques bien intencionados. Son ataques a la Iglesia. Pueden traducirse o transformarse en un bien si los sabemos acoger con el espíritu de conversión y de retorno al Evangelio que el Señor nos pide”.
El cardenal reconoció entretanto que “cambiar las cosas es siempre difícil, porque todos estamos tentados a proseguir en nuestra tranquilidad, en nuestro ritmo cotidiano de cada día”, aunque definir la resistencias como “fisiológicas es poco, definirlas patológicas es demasiado. Son resistencias presentes”.