El Pontífice aseguró que esto no debe sorprendernos demasiado, porque “María, la Madre de Dios y Madre nuestra, bajo cuyo nombre y cuya protección está puesta vuestra Radio, sabe encontrar la forma para cumplir, a partir de pequeños y humildes inicios, grandes obras”.
El Santo Padre ha invitado a los presentes a perseverar en su compromiso, que se ha convertido en una verdadera misión, con fidelidad al Evangelio y al Magisterio de la Iglesia y en escucha de la sociedad y de las personas, especialmente de los más pobres y marginados y así ser para todos sus oyentes un punto de referencia y un apoyo.
Tal y como ha señalado el Papa, Radio María, desde su nacimiento, se propuso el objetivo de ayudar a la Iglesia en la obra de evangelización; y hacerlo de una forma suya propia, es decir, “con cercanía a las preocupaciones y a los dramas de la gente, con palabras de consuelo y esperanza, fruto de la fe y del compromiso de solidaridad”.
Por otro lado, Francisco ha observado cómo se han fiado de la Providencia que nunca ha dejado que les falten los medios para las necesidades cotidianas y por eso les ha recordado que “el desafío es mantener el estilo de sobriedad, aún en la búsqueda de los instrumentos adecuados”.
Asimismo, el Santo Padre ha asegurado a los presentes que “difundiendo el Evangelio y la devoción a la Madre de Jesús, promoviendo el amor a la Iglesia y a la oración, se ofrece un canal válido para escuchar bonitas reflexiones, para aprender y rezar, para profundizar los contenidos de la fe que edifican y amplían los horizontes”.
Por otro lado, ha recordado que la Radio no es solo un medio que comunica noticias, ideas y música sin un hilo conductor que podría solo distraer o divertir, sino que se convierte en un medio para “transmitir la esperanza, la verdadera que deriva de la salvación llevada por Cristo Señor, y para ofrecer buena compañía a muchas personas que lo necesitan”.
El Pontífice ha asegurado a los presentes que todos los que les escuchan les reconocen como una radio “que da amplio espacio a la oración”, testimoniando que, cuando se abre a la oración se abre la puerta al Señor. De este modo, les ha invitado a cultivar siempre el “jardín interior” de la oración, de la escucha de la Palabra de Dios, y de hacer buenas lecturas para profundizar la fe.
Finalmente, les ha pedido que tengan siempre presente que donan algo grande y único: “la esperanza cristiana, que es más que un simple consuelo espiritual, porque se fundamenta en el poder de la Resurrección, testimoniada con la fe y las obras de caridad”.