El cardenal Víctor Manuel Fernández, prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, respondió a una carta del obispo de Locri-Gerace, Francesco Oliva, fechada el 3 de junio, sobre el nihil obstat propuesto por el prelado en referencia a los acontecimientos en torno al Santuario diocesano de Nuestra Señora dello Scoglio, situado en Santa Domenica di Placanica, en Calabria (Italia).
"En el mundo secularizado en el que vivimos, en el cual tantos pasan su existencia sin referencia alguna a la trascendencia, los peregrinos que se acercan al Santuario dello Scoglio son un poderoso signo de fe", escribe el cardenal argentino, que hace unas semanas hizo públicas las nuevas directrices sobre apariciones marianas.
El humilde campesino de 18 años
El nihil obstat no debe entenderse "como una aprobación del carácter sobrenatural del fenómeno", sino como el reconocimiento de una "experiencia del Espíritu", por lo que se anima al obispo diocesano a apreciar el valor pastoral y a promover la difusión de esta propuesta espiritual, también a través de peregrinaciones, mientras que "se autoriza a los fieles" a dar su adhesión a estos acontecimientos "mediante una prudente vigilancia".
La historia cuenta que el 11 de mayo de 1968 la Virgen María se habría aparecido por primera vez a Cosimo Fragomeni, un humilde campesino de 18 años. La primera aparición, en 1968, habría estado precedida por un haz de luz que provenía de un acantilado de arenisca cercano a la casa del joven y se repitió durante los cuatro días siguientes. En los mensajes relatados por Cosimo, la Virgen llama a la conversión y a la oración, expresando el deseo de ver la localidad calabresa transformada en un gran centro de espiritualidad donde la gente pueda encontrar la misericordia de Dios.
Cosimo despejó la zona alrededor de la roca, hizo un terraplén con ella y excavó la piedra arenisca para hacer un nicho en el que colocar una estatua mariana de mármol, comprada en Carrara. El lugar se convirtió pronto en meta de peregrinos de toda Italia e incluso del extranjero. Al principio había una simple capilla, pero el creciente flujo de peregrinos impulsó la construcción de un gran santuario. Mientras tanto, en 1987, Cosimo se convirtió en terciario franciscano.
El 22 de mayo de 2013, durante la audiencia general en la Plaza de San Pedro, Fray Cosimo, acompañado por el obispo local, pidió al Papa Francisco que bendijera la primera piedra del santuario del "Scoglio". El 11 de febrero de 2016, el nuevo obispo de Locri-Gerace, Francesco Oliva, elevó el lugar de culto a "Santuario Diocesano" con el título de "Nostra Signora dello Scoglio", mientras que el 10 de julio de 2017 confió su cuidado pastoral a los Misioneros de la Evangelización.
En su carta, el cardenal Fernández destaca cómo este lugar atrajo el interés de muchos fieles "de todas las categorías, pero especialmente de aquellos que sufren y de los que están enfermos. A lo largo de los años siguientes, el santuario se ha convertido cada vez más en objeto de atención, de devota asistencia y peregrinaciones, bajo la vigilancia del ordinario competente", consolidando así "una intensa actividad espiritual de oración y de escucha".
El Dicasterio -escribe el cardenal Fernández- ha tomado nota del "informe positivo" del obispo local sobre el bien espiritual que se realiza en este lugar, así como de su "vigilancia para que no se produzcan manipulaciones de las personas, aprovechamientos económicos indebidos, graves errores doctrinales, que pudieran provocar escándalos, dañar a los fieles y minar la credibilidadde la Iglesia".
El cardenal recuerda "que la correcta veneración a María, Madre de Jesús, Madre de la Iglesia y Madre Nuestra, debe ser expresada en modo que se excluyan formas inapropiadas de veneración y el uso impropio de títulos marianos". En cambio, será importante manifestar una veneración en una clara perspectiva cristológica, como enseña el magisterio eclesial: "al ser honrada la Madre, el Hijo [...]sea mejor conocido, amado, glorificado, y que, a la vez, sean mejor cumplidos sus mandamientos (LG, 66)".
La presencia de los peregrinos ante la Virgen, que "para ellos se convierte en expresión clara de la misericordia del Señor -concluye el Prefecto-, es una forma de reconocer su propia incapacidad para llevar a cabo las fatigas de la vida y su ardiente necesidad y deseo de Dios. En un contexto de fe tan valioso, un renovado anuncio del kerigma podrá todavía iluminar y enriquecer aún más esta experiencia del Espíritu".
Puedes escuchar aquí a Cosimo Fragomeni.
Paralelamente a la publicación de la carta del Dicasterio, se dio a conocer el decreto del obispo de Locri-Gerace que sanciona la autorización "para apreciar el valor pastoral y también para promover la difusión de esta propuesta espiritual, también a través de posibles peregrinaciones, encuentros y reuniones de oración". Los fieles "están autorizados a dar" al "mencionado culto", "de manera prudente su adhesión". Todo esto, sin embargo, "no implica una declaración del carácter sobrenatural del fenómeno" y "los fieles no están obligados a creer en él".