En su mensaje para la jornada que la Iglesia de Inglaterra y Gales celebra este domingo sobre el tema “Cultivar la vida, aceptar la muerte”, el Papa Francisco denunció la “falsa compasión” detrás de la promoción de la eutanasia y el aborto, y aseguró que quienes promueven estas prácticas tienen el comportamiento de los mafiosos.
Los promotores del aborto y la eutanasia, indicó, piensan “hay un problema, eliminemos esto”.
En el texto también habla de otros atentados a la vida como “la plaga del aborto”, la desnutrición y el terrorismo.
Francisco aseguró que “no es progresista pretender resolver los problemas eliminado una vida humana”, pues esta es la forma de actuar “de los mafiosos: hay un problema eliminémoslo”
Por el contrario, se debe “cuidar a la persona, sobre todo cuando sufre, es frágil o indefensa”.
El Santo Padre denunció una “eutanasia escondida” y destacó que “cada anciano aunque esté enfermo o al final de sus días, lleva en sí el rostro de Cristo”.
La vida humana es siempre “inviolable”, y “no hay una vida cualitativamente más significativa que otra”, dijo el Papa.
Francisco criticó que “el pensamiento dominante propone una falsa compasión” que considera “un acto de dignidad procurar la eutanasia”.
La opción de la Iglesia, indicó, es “por aquellos que la sociedad descarta y los tira”. Entre estos, subrayó, “hay también niños por nacer, que son los más indefensos e inocentes de todos, a los cuales hoy se les quiere negar la dignidad humana al fin de poder hacer lo que se quiere, quitándoles la vida y promoviendo legislaciones de modo que nadie pueda impedirlo”.
El Papa advirtió que no es “una conquista científica ‘producir’ un hijo, considerado como un derecho, en vez de acogerlo como un don; o usar vidas humanas como objeto de laboratorio para salvar presumiblemente otras”.
“La fidelidad al Evangelio de la vida a veces requiere elecciones valientes y contra corriente que, en particulares circunstancias, pueden llegar a la objeción de conciencia”.
La defensa de la vida, precisó, no es “un problema religioso” como pretenden algunos, sino que “es un problema científico, porque allí hay una vida humana”.
El aborto y la eutanasia tampoco son una cuestión de modernidad, explicó, porque “en el pensamiento antiguo y en el pensamiento moderno, ¡la palabra matar significa lo mismo!”.
“El grado de progreso de una civilización se mide justamente con la capacidad de custodiar la vida, sobre todo en las fases más frágiles”, señaló.
Francisco aseguró que “es atentado a la vida la plaga del aborto. Es un atentado a la vida dejar morir a nuestros hermanos en las barcazas en el canal de Sicilia. Es un atentado a la vida la muerte en el trabajo, porque no se respetan las mínimas condiciones de seguridad. Es un atentado a la vida la muerte por desnutrición. Es atentado a la vida el terrorismo, la guerra, la violencia; pero también la eutanasia. Amar la vida es siempre ocuparse del otro, desear su bien, cultivar y respetar su dignidad trascendente”.
Al finalizar su mensaje a la Iglesia en Inglaterra y Gales, el Santo Padre impartió su bendición apostólica “a todas las personas que participan en un evento tan significativo y a quienes trabajan, de diferentes maneras, en la promoción de la dignidad de toda persona humana desde el momento de su concepción y hasta su muerte natural”.
El mensaje fue enviado al Nuncio Apostólico en Gran Bretaña, Mons. Antonio Mennini, quien lo entregó al Obispo encargado de esta Jornada, Mons. John Sherrington, Obispo Auxiliar de Westminster (Inglaterra).
El tema elegido para esta edición de la Jornada de la Vida se encuentra en el contexto de la campaña de sensibilización organizada por los Obispos ingleses y galeses, con vistas al debate y al voto de la Cámara de los Comunes acerca del proyecto de ley sobre el suicidio asistido o eutanasia previsto para el próximo 11 de septiembre.