En el Palacio Apostólico han firmado el documento, Richard Gallagher, secretario vaticano para las Relaciones con los Estados y Riad al-Malki, ministro de Exteriores del Estado de Palestina, en presencia de sus respectivas delegaciones.
El acuerdo de hoy es fruto del trabajo diplomático iniciado el 15 de febrero del año 2000, con la firma de un Acuerdo base entre la Sede Sede y la Organización para la Liberación de Palestina, en aquel tiempo representante del pueblo palestino.
En su discurso, mons. Gallagher hizo notar que el Acuerdo de hoy se hace con el Estado palestino, “reconocido como Estado observador no miembro de las Naciones Unidas", el pasado 29 de noviembre de 2012.
Para la Santa Sede así se logra una justa personalidad jurídica para la Iglesia de Palestina, que permitirá un mejor servicio a la población.
“Los católicos- dijo- no quieren ningún privilegio, sino continuar colaborando con sus conciudadanos para el bien de la sociedad”.
El “ministro vaticano de Exteriores”, recordando las persecuciones a las cuales son sometidos los cristianos en Medio Oriente, afirmó que “este acuerdo ofrece un buen ejemplo de diálogo y colaboración y espero que pueda servir de modelo para otros países árabes y de mayoría musulmana”.
A tal reguardo, él ha querido subrayar sobre todo “la portada del capítulo dedicado a la libertad de religión y de conciencia”, que garantice una verdadera libertad de conciencia (posibilidad de conversión a otra), muy distinta de las garantías que ofrecen otros Estados de la región, que no superan la libertad de expresión y de culto.
También Riad al-Malki puso en luz estas novedades del Acuerdo, que “encarna nuestros valores comunes de libertad, dignidad, tolerancia, coexistencia e igualdad de todos. Esto sucede en un momento en el cual el extremismo, la violencia bárbara y la ignorancia amenazan el tejido social y la identidad cultural de la región y seguramente del patrimonio humano. En este escenario el Estado de palestina reitera el propio compromiso para combatir al extremismo y a promover la tolerancia, la libertad de conciencia y de religión y a salvaguardar en el mismo modo los derechos de todos sus ciudadanos. Estos son los valores y los principios que reflejan las convicciones y las aspiraciones del pueblo palestino y de su dirigencia y son las bases sobre las cuales continuamos esforzándonos en fundar nuestro Estado independiente y democrático”.
“Este Acuerdo- agregó- consolida y mejora las circunstancias actuales, en la cual la Iglesia goza de derechos y privilegios e inmunidad y libre acceso. Confirma la posición de la Iglesia cual importante sostenedora de la vida de muchos palestinos”.
El acuerdo no ha gustado al Estado de Israel. En una declaración oficial difundida el viernes, el ministerio israelí de Exteriores se declara “disgustado” por la decisión vaticana de reconocer a Palestina como Estado y la importancia de Jerusalén para las 3 religiones monoteístas: cristianismo, hebraísmo e Islam.
El ministerio afirma que este “apresurado paso” daña las prospectivas de paz y los negociados directos entre palestinos e israelíes.
La opinión del Vaticano, expresada por monseñor Gallagher es la opuesta: “Espero que el presente Acuerdo pueda en algún modo constituir un estímulo para poner fin en modo definitivo al viejo conflicto israelí-palestino, que continúa provocando sufrimientos a ambas partes. Espero que la deseada solución de los dos Estados se convierta en realidad cuánto antes. El proceso de paz puede progresar sólo a través del negociado directo entre las Partes con el apoyo de la comunidad internacional”.
Israel firmó un Acuerdo fundamental con la Santa Sede ya en 1993 y estableció relaciones diplomáticas en 1994, pero después de 22 años no se ha llegado aún a un Acuerdo definitivo y completo entre la Santa Sede e Israel.