En efecto, este año el tren puesto a disposición, nuevamente, por el Grupo de Ferrocarriles del Estado Italiano, llegó a la estación del Estado de la Ciudad del Vaticano con los hijos de los encarcelados y encarceladas procedentes de Roma, Civitavecchia, Latina, Bari y Trani.
La edición de este año tiene por tema el “Vuelo”, para ofrecer a los más pequeños que viven con sus madres una cotidianidad hecha de cárcel y alejamiento de los demás hermanos, una jornada de evasión de la realidad mediante la fantasía. El tren llegó a la estación del Vaticano poco antes de las 11.00 y los pequeños y sus acompañantes esperaron la llegada del Papa Francisco con numerosos barriletes multicolores, para representar, precisamente, el tema del “Vuelo”.
El Papa les dio los buenos días con gran cariño, y tras preguntarles si estaban cansados por el viaje les invitó a rezar utilizando el lema del "Vuelo" :
-¿Se puede rezar soñando?
-Sííí -contestaban los niños.
-¿Llegar soñando hasta la Virgen es una oración?
-Sííí.
-Y así uno puede decirle: Mamá, Virgen Santísima, estoy aquí, ¿eh? Tú eres la madre de Jesús, he volado con mis sueños para verte. ¿Se puede hacer esto?
-Sííí.
-Sí -concluyó Francisco ese pequeño diálogo para invitar a la oración a los más pequeños.
Tras conversar con ellos, que demostraron estar bien preparados, como cuando el Santo Padre les preguntó si es mejor escuchar la Palabra de Dios o no escuchar nada, Francisco los invitó a rezar juntos el Padrenuestro antes de impartirles su bendición apostólica.