“Es clave que la familia sea protegida y defendida”, afirmó este viernes el Papa Francisco al recibir a los obispos de la Conferencia Episcopal Centroafricana en visita ad limina, para exhortarlos a prestar atención a la pastoral matrimonial y a no desanimarse ante las resistencias de tradiciones culturales o la propagación de las “nuevas colonizaciones ideológicas” que buscan destruir a esta institución.
En el discurso entregado a los prelados, el Santo Padre dijo que “es clave que la familia sea protegida y defendida para que brinde a la sociedad el servicio que se espera de ella, es decir, dar hombres y mujeres capaces de construir un tejido social de paz y armonía”.
Por ello, “no puedo por menos que instarlos a ustedes a prestar a la pastoral del matrimonio la atención que merece, y a no desanimarse ante las resistencias causadas por las tradiciones culturales, la debilidad humana o las nuevas colonizaciones ideológicas que se propagan en todas partes”.
En el texto, el Papa escribe también que las familias “son las primeras víctimas de la violencia y con frecuencia se desestabilizan o destruyen por el alejamiento de un miembro, de un duelo, de la pobreza, de la discordia o de las separaciones...”.
Y “no solo las familias son el lugar privilegiado para el anuncio de la fe y la práctica de las virtudes cristianas y la cuna de muchas vocaciones sacerdotales y religiosas, sino también el lugar propicio para el aprendizaje y la práctica de la cultura del perdón, la paz y la reconciliación que su país tanto necesita”.
Sobre la población del país, aseguró que “sé los sufrimientos que ha vivido y que todavía vive, así como los innumerables testimonios de fe y fidelidad que los cristianos han rendido al Cristo resucitado en múltiples ocasiones. Me interesa particularmente todo lo que han hecho sus comunidades en favor de las víctimas de la violencia y de los refugiados”.
Pidió a los obispos no olvidar que “cuando parecen triunfar el mal y la muerte, es cuando emerge la esperanza de una renovación construida sobre Cristo”.
“Cuando el odio y la violencia se desatan, estamos llamados a responder con el perdón y el amor”, escribe en el mensaje.
Pero, “si, por desgracia, no siempre ha sido así en los recientes acontecimientos que han vivido, esto es una señal de que el Evangelio no ha penetrado profundamente en todo el corazón del pueblo de Dios, hasta el punto de cambiar los reflejos y los comportamientos”.
Por eso “no se desanimen por la tormenta que están atravesando; al contrario, encuentren, en la fe y la esperanza, la fuente del entusiasmo y del dinamismo”.
La formación cristiana y la profundización de la fe a todos los niveles deben ser para los obispos “objetivos prioritarios para que el Evangelio impregne de verdad la vida de los bautizados por el bien no sólo de las comunidades cristianas, sino de toda la sociedad centroafricana”.
“Ustedes tienen que jugar un papel profético insustituible en el proceso de transición institucional en curso, recordando y testimoniando los valores fundamentales de la justicia, la verdad, la honestidad, que son la base de toda renovación, y promoviendo el diálogo y la convivencia pacífica entre los miembros de diferentes religiones y etnias, fomentando la reconciliación y la cohesión social que son claves para el futuro”.
A su vez, les recordó que están llamados “a formar la conciencia de los fieles; e incluso la de todo el pueblo, porque su voz es escuchada y respetada por todos. Es así como deben ocupar el lugar que les corresponde en la evolución actual, evitando entrar directamente en las disputas políticas”.
En cambio, deben formar y animar “a los laicos, convencidos de su fe y sólidamente formados en la Doctrina Social de la Iglesia, a participar en el debate político y asumir responsabilidades” lo que hará que “transformen poco a poco la sociedad de acuerdo con el Evangelio y prepararen ustedes un futuro feliz para su gente”.
Como es habitual, en el texto el Papa hace también mención a la formación de los seminaristas y sacerdotes y les agradece a ellos y a los religiosos el testimonio que rinden incluso en las situaciones más difíciles.
Durante su encuentro con las familias en el viaje apostólico a Filipinas, el Papa Francisco llamó a estar “atentos a la nueva colonización ideológica”. “Existen colonizaciones ideológicas que buscan destruir la familia. No nacen del sueño, de la oración, de la misión que Dios nos da. Vienen de afuera, porque eso digo que son colonizaciones”.
Ese día, Francisco explicó que mientras muchas personas enfrentan la pobreza extrema, otras “están atrapadas por el materialismo y un estilo de vida que destruye la vida familiar y las más elementales exigencias de la moral cristiana. Esas son las colonizaciones ideológicas”.
Añadió que “la familia se ve también amenazada por el creciente intento, por parte de algunos, de redefinir la institución misma del matrimonio, guiados por el relativismo, la cultura de lo efímero, la falta de apertura a la vida”.
Dos meses después, en su visita a Nápoles (Italia), denunció nuevamente “las colonizaciones ideológicas sobre la familia, modalidades y propuestas que existen en Europa y llegan también de la otra orilla del Océano”, entre las que están ideología de género, “esa equivocación de la mente humana” “que crea tanta confusión”.