El encuentro sirvió para preparar la visita del Papa a la isla en septiembre y examinar la nueva situación de acercamiento entre el régimen comunista cubano y Estados Unidos, un deshielo en el que la mediación de la diplomacia vaticana ha sido decisiva.
"He agradecido al Santo Padre por su contribución al reacercamiento entre Cuba y Estados Unidos", dijo el dictador al final de la audiencia, durante la cual se abordaron asimismo cuestiones como el drama de los salvamentos y naufragios de inmigrantes en el Mediterráneo.
De hecho, Castro obsequió a Francisco con una medalla conmemorativa del bicentenario de la catedral de La Habana de la que sólo se han acuñado 25 ejemplares, y un cuadro del artista cubano Alexis Leyva Machado, Kcho, que representa una gran cruz hecha con varios barcos y un niño que reza ante ella. El artista, quien fue luego presentado al Papa, le explicó que quiso aludir a la tragedia que sufren millares de personas que intentan llegar a Europa desde el Norte de África.
Por su parte, el Papa regaló a Castro un medallón de San Martín de Tours, patrón de Buenos Aires, y su exhortación apostólica Evangelii Gaudium.
Francisco salió a la puerta para despedirle () y tras su habitual petición de oraciones, que extendió también a Raúl Castro, éste se volvió de repente y le pidió también que rezase por él: "Ya lo hago", dijo el Papa.
La reunión se ha celebrado en el estudio y salones adyacentes al Aula Pablo VI, el gran auditorio donde se celebran los actos vaticanos. Ese lugar es el elegido por el Papa y el protocolo Vaticano para celebrar las reuniones más familiares o de carácter menos oficial.
En una conferencia de prensa tras su posterior reunión con el primer ministro italiano, Matteo Renzi, Castro elogió a Francisco: "Estoy muy impresionado por la sabiduría y la humildad del Papa. Cuando Francisco venga a Cuba voy a asistir a todas sus misas". Y añadió: "Leo todos los discursos del Papa. Si sigue así, volveré a rezar y regreso a la Iglesia, y no lo digo en broma. Aunque soy miembro del partido comunista, que no admitía a los creyentes, pero se han dado pasos adelante".