El Santo Padre Francisco encontró este jueves en el Vaticano al clero de la diócesis de Roma, su diócesis, para el tradicional encuentro al inicio de la Cuaresma.
Antes del encuentro en el Aula Pablo VI, fue distribuido a los presentes un texto del cardenal Bergoglio, cuando en el 2005 intervino en la asamblea plenaria de la Congregación para el culto divino y la disciplina de los sacramentos, con una reflexión sobre la celebración de la Santa Misa.
En dicho discurso, entre otras cosas, el cardenal Bergoglio sugería evitar los comportamientos de ´showman´ con una animación superficial, o el de un sacerdote con el ´síndrome de Marta´, o sea tan ocupado con actividades que no tienen tiempo para realizar una celebración digna.
El texto completo del encuentro que ha durado unas dos horas, no está aún disponible, porque el Santo Padre quería hablar con gran libertad a los sacerdotes y por lo tanto no ha sido retransmitido en directo fuera del Aula, a no ser los tres primeros minutos en la Sala de Prensa.
Los temas fueron diversos y variados, puesto que el Papa respondió a varias preguntas de los sacerdotes, incluso de la falta vocaciones. Sobre los sacerdotes que abandonaron se dijo dolorido, puesto que son una herida en el interior de la Iglesia y aseguró que no dejará archivado el tema. Recordó también que el sacerdote debe saber llorar, como había indicado esta semana en Santa Marta.
El tema central entretanto ha sido el de la homeliética y el ´ars celebrandi´, o sea el arte de celebrar, invitando a los presentes a recuperar el estupor de la belleza, mientras sea en una atmósfera espontánea, o sea normal, religiosa pero no artificial.
Se trata, aseguró Francisco, de recuperar un poco el ´estupor´, aquello que se siente en el encuentro con Dios, porque cuando se reza se siente este estupor, mientras que si se reza de manera formal, no. Invitó por ello a “rezar delante de Dios junto a la comunidad”, y a no celebrar de manera sofisticada, artificiosa, o abusando de los gestos.
Insistió en el ´estupor´, o sea “la capacidad de hacer entrar en el misterio”. Ni demasiado rígidos “excesivamente rubricista”, y sin volverse el “protagonista” lo que “no hace entrar en el misterio”.
Contó de unos amigos que años atrás en Buenos Aires le habían confiado: ´Estamos contentos porque hemos encontrado una iglesia en donde hay misa sin homilía´.
E introdujo así el tema de la homilía, que “es un verdadero desafío”, que “trae en sí la gracia, como un sacramental fuerte”.
Y consideró que en realidad la homilía está a mitad entre el ´ex opere operantis´, y el ´ex opere operatur´. O sea: cuando la disposición del sujeto que celebra determina la gracia, y cuando la gracia es transmitida por el hecho de cumplir la acción.
Además del sentido de lo sagrado, el Papa indicó que en la homilía es necesario no olvidarse de los problemas de la vida de la gente, y estando cerca de la gente, a partir de allí, reconducirlos a lo sagrado.
(Sobre los sermones y cómo mejorarlos lea: Vittorio Messori lanza tres sugerencias a todos los sacerdotes para que sus homilías no aburran)