«Tiene algunos problemas en las piernas» pero «su cabeza funciona perfectamente», detalló Gänswein. Más aún, recientemente «ha vuelto a tocar el piano con frecuencia». «Sobre todo Mozart, pero también otras piezas que le vienen a la cabeza, que toca de memoria», precisó.
El Papa emérito lleva un ritmo de vida «muy metódico»: se levanta a las 7.45, «un poco más tarde que antes», misa, breviario, desayuno, oración, lectura, correspondencia, y «a veces, visitas».
El resto del día, lo reparte entre paseos, oración, lectura y las noticias de Italia.
Gänswein asegura que «sólo sale cuando el Papa Francisco se lo pide. No acepta otras invitaciones».
Gänswein admite que ambos Papas «son diferentes, a veces muy diferentes». «Pero tienen en común «la sustancia, el «depositum fidei» (el contenido de la fe), que deben anunciar, defender y promover».