El Arzobispo de Manila (Filipinas), Cardenal Luis Antonio Tagle, no pudo esconder la emoción que vivió durante el tercer día del viaje del Papa Francisco a Filipinas, especialmente por la visita a Tacloban, la ciudad más afectada en 2013 por el tifón Yolanda.
En conferencia de prensa, el Cardenal Luis Antonio Tagle indicó que “fue un día completo, aunque sólo pudiéramos estar allí una pocas horas”, refiriéndose a la suspensión de los actos y el regreso del Papa Francisco a Manila debido al endurecimiento del clima en Tacloban, con la amenaza de un tifón.
Recordando el almuerzo de media hora que Francisco compartió con los sobrevivientes del tifón Yolanda, que acabó con la vida de más de 8 mil personas en 2013, el Arzobispo de Manila aseguró que “nunca olvidaré la cara del Santo Padre mientras escuchaba a casa uno”.
Al escuchar los testimonios de personas que habían perdido a sus padres, a su esposo, o hijos, Francisco “sacudía la cabeza, y en algunos momentos gimió, porque estaba sufriendo”.
El Santo Padre estaba tan conmovido, recordó el Cardenal, que cuando este le preguntó si quería decir algo, le respondió “¿y qué podemos decir?”, para luego hablas del “misterio del silencio de los que sufren”.
Inicialmente, dijo el Arzobispo de Manila, Francisco tenía la intención de repetir el mensaje central de la homilía que pronunció en la Misa, pero incluso él mismo quedó en silencio. “Nadie comía y por eso el Papa les decía: ´¡Come, come!´”, dijo.
En el diálogo con la prensa, el Cardenal Tagle expresó su esperanza de que el testimonio de la fuerza del mensaje evangélico de la solidaridad, la misericordia y el perdón haya llegado a través de la Misa, transmitida por televisión.
Parte de su emoción, dijo, fue porque “la gente pudo soportar la lluvia y los fuertes vientos por amor”.
El Cardenal reveló que el Papa saludó también a los habitantes de otras zonas que han experimentado otros tipos de desastre. “Saludamos a gente normal que no pudo venir a la misa pero que se quedaron en las calles esperando toda la noche y estaban mojados; incluso los niños no tenían miedo a enfermar”, dijo.
El Arzobispo de Manila también compartió que el Papa no quiso resguardarse de la lluvia y cambiar el papamóvil descubierto por otro auto, aunque sí recibió un chubasquero que le ayudó a soportar mejor la lluvia, incluso durante la celebración de la Misa.
Lo fieles que asistieron a ella también recibieron uno que les repartieron los organizadores.
Refiriéndose al posible cansancio del Papa Francisco, el jefe de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, P. Federico Lombardi, indicó que “nuestra experiencia es que tiene una energía increíble y una buena capacidad de recuperarla con dos horas de descanso”.
Lombardi apuntó que a veces se han cancelado pequeñas actividades en Roma porque el Papa dice que no haría un buen servicio a la gente si está tan cansado. En esos casos, dijo, “se cancela, descansa, y comienza de nuevo”.
“Siempre nos sorprende que un hombre de su edad puede hacer lo que está haciendo, en casa y en el extranjero”, dijo el P. Lombardi, y recordó que en el viaje a Corea del Sur en agosto de 2013 le preguntó al respecto y le dijo que “es la gracia de la oficina”.
“Si Dios le da una carga, también le da lo que necesita para hacerlo”, señaló el P. Lombardi.