"El papa cambia su discurso sobre Charlie Hebdo tras las críticas que le dedicaron en su número especial": con esta atribución de intenciones titula El Plural su información sobre las palabras del Papa en el avión que le llevó a Filipinas, y donde condenó los atentados contra la publicación satírica francesa, al tiempo que señalaba "límites" a la libertad de expresión, como "no ofender la religión de los demás".

Según el diario digital que dirige Enric Sopena, con sus palabras "el papa ha sorprendido matizando su discurso sobre lo sucedido", y se debería al editorial lanzado por Charlie Hebdo en su número especial: “Quisiéramos enviar un mensaje al Papa Francisco, quien también ‘fue Charlie’ esta semana: Sólo aceptamos que las campanas de Notre Dame repiquen en nuestro honor cuando sean las Femen las que las hagan sonar”. "El dardo al papa", añade El Plural, "iba acompañado de una viñeta aludiendo a la pedofilia en la Iglesia católica y a las Femen".

También El País, que en sus ediciones en papel del miércoles y jueves no dedicaba una sola línea al viaje del Papa a Sri Lanka, se muestra sorprendido por lo que dijo Francisco en el avión.

"Tal vez al papa Francisco, en esta ocasión, se le haya ido la mano", relata Pablo Ordaz: "Jorge Mario Bergoglio, cuyo mensaje y expresividad concitan tantas veces la aprobación de propios y extraños, realizó este jueves unas extrañas declaraciones al referirse a los atentados de París durante el vuelo entre Sri Lanka y Filipinas. Extrañas tanto por el tono y los gestos utilizados —´si el doctor Gasbarri dice una mala palabra de mi mamá, puede esperarse un puñetazo. ¡Es normal!´— como por el hecho de aunar en una misma intervención su condena a los actos de Al Qaeda —´matar en nombre de Dios es una aberración´— con una cierta justificación de la reacción de los yihadistas ante las viñetas de Charlie Hebdo. ´No se puede provocar´, dijo el Papa, ´no se puede insultar la fe de los demás. No puede uno burlarse de la fe. No se puede´. Según Francisco, la libertad de expresión ´tiene un límite´... Hasta ahora, las declaraciones del Papa iban más en el sentido de poner la otra mejilla. Su mensaje ante los crímenes del fundamentalismo islámico se dividía entre pedir a los líderes musulmanes una condena más firme y rezar a Dios porque los criminales se arrepintieran. Nunca se había visto a Jorge Mario Bergoglio, ni en sus gestos ni en sus mensajes, tan cercano al ojo por ojo".

El Libération, Bernadette Sauvaget enmarca las palabras del Papa en el contexto de un reportaje titulado Entre los católicos, no todo el mundo es Charlie, donde da cuenta de que algunos blogs católicos (como Le Salon Beige, uno de los más influyentes) criticaron a la revista jesuita Etudes por publicar caricaturas anticatólicas de Charlie Hebdo en "solidaridad" con las víctimas del atentado contra la revista. Tras reproducir las palabras de Francisco en el sentido de que es inaceptable burlarse de la religión y "provocar", el diario izquierdista francés concluye: "En París, en la Rue d´Assas, sede de la revista, se esperan tiempos mejores, y aseguran que ´el combate continúa´", casi equiparando el atentado islamista con esa afirmación de los "límites" señalados por el Papa a la libertad de expresión.

Por su parte, José María Izquierdo censuró también al Papa en la Cadena SER: "Como saben, Francisco sacó unos ánimos boxísticos desconocidos, en una broma –si es que era broma- muy poco afortunada: ´Si insulta a mi madre puede esperar un puñetazo´, pero también dijo, y ya no como improvisación, sino como mensaje muy estudiado, ´No se puede provocar, no se puede insultar la fe de lo demás. No puede uno burlarse de la fe´. O sea, que el Papa se alinea con las voces que opinan igual desde el islamismo sobre la libertad de prensa: pongamos límites".


Algunas críticas al Papa que han circulado en las redes sociales le acusan de haber olvidado "lo de poner la otra mejilla", al centrarse en la broma de Francisco sobre el puñetazo a quien insultase a su madre.

Pero lo sustancial que ha dolido en ámbitos de la izquierda es el recordatorio de que la libertad de expresión tiene límites. Sin embargo, es lo que establece, por ejemplo, la misma Constitución española en su artículo 20.4: "Estas libertades tienen su límite en el respeto a los derechos reconocidos en este Título, en los preceptos de las leyes que lo desarrollen y, especialmente, en el derecho al honor, a la intimidad, a la propia imagen y a la protección de la juventud y de la infancia".

Desde luego, los límites no los fijan los terroristas, y menos aún asesinando personas, y por eso el Papa condenó sin paliativos el atentado. Pero la misma existencia de límites a la libertad de expresión forma parte de la legislación y la jurisprudencia de todos los países del mundo.