La Oficina Filatélica del Vaticano se une a las celebraciones por el 25 aniversario de la caída del Muro de Berlín, evento en el que tuvo que ver San Juan Pablo II con su labor contra el comunismo, con un sello conmemorativo.
Según señala una nota de esta oficina, en el sello se puede apreciar “una bellísima imagen de aquellos días, hecha por el fotógrafo Michael-Reiner Ernst, en recuerdo de todas las personas que materialmente y no, contribuyeron a la demolición del Muro, y un folleto con los nombres de las 138 personas que, según las investigaciones hechas por la Fundación Muro de Berlín, murieron en el intento de atravesarlo”.
La nota indica que “la caída del Muro de Berlín, en la noche entre el 9 y el 10 de noviembre de 1989 fue, para los habitantes de Berlín Este y Oeste, una sorpresa tan agradable como increíble: durante 28 años esta línea de confín, severamente controlada con medios técnicos y militares, había dividido la metrópoli y condicionado la vida de sus habitantes”.
El Muro se convirtió improvisamente transitable incluso para los habitantes del Berlín Este, resultado de la “Revolución pacífica”. Desde 1975, el muro de cemento armado, visible desde el occidente y parte del complejo sistema de fortificación de la frontera, definía la imagen de la ciudad dividida convirtiéndose en el símbolo de la Guerra Fría.
En los días sucesivos al 9 de noviembre, cuando las tropas fronterizas de la República Democrática Alemana, acompañadas por el júbilo de los berlineses, eliminaron partes del muro para crear otros pasadizos, se inició la reunificación de la ciudad.
Desde marzo de 1990, antes de que la República Democrática alemana desmontase los casi 45 mil segmentos de muro, en Berlín y en torno a Berlín, los mismos habitantes comenzaron a removerlo.
Ya en la noche de la apertura del Muro los berlineses, provistos de martillo y cincel, quitaban los primeros pequeños fragmentos. En el otoño del 1990, las últimas partes del Muro fueron puestas bajo tutela monumental.
Hoy, la división de la ciudad de un tiempo se nota difícilmente; solamente dentro del Memorial del Muro de Berlín en la Bernauer Strasse se conserva, como monumento histórico, un trozo de la línea de confín con segmentos del muro.