Ante los conflictos y guerras - declaradas o no – que afligen hoy a la familia humana, es hora de que los líderes de las religiones cooperen eficazmente para sanar las heridas, resolver los conflictos y buscar la paz, reiteró el Papa Francisco en su Mensaje con motivo del 28 Encuentro Internacional de Pueblos y Religiones, celebrado en Amberes, Bélgica, y promovido por la Comunidad de San Egidio, sobre el tema “La paz es el futuro: religiones y culturas en diálogo cien años después de la Primera Guerra Mundial."
Recordando que “la paz es el signo inequívoco de compromiso con la causa de Dios” y que los líderes religiosos están llamados a ser hombres y mujeres de paz, capaces de promover una cultura del encuentro y de la paz, cuando otras opciones fallan o vacilan, el Papa Bergoglio hace hincapié en el deber de “ser constructores de paz” y “nuestras comunidades deben ser escuelas de respeto y de diálogo con las de otros grupos étnicos o religiosos, lugares donde se aprende a superar las tensiones, a promover relaciones equitativas y pacíficas entre los pueblos y grupos sociales y a construir un futuro mejor para las generaciones por venir”.
El mensaje pontificio – fue leído en la inauguración, el domingo 7 de septiembre, de este encuentro que es peregrinación de oración y de diálogo - en la ciudad belga evocando el dramático estallido de la Primera Guerra Mundial, “inútil masacre”, como dijo Benedicto XV, recuerda el Papa Francisco. Destacando la apremiante necesidad que tienen en estos días, tantos pueblos del mundo, de que se les ayude a encontrar el camino de la paz, recuerda una vez más que este triste aniversario nos enseña que “la guerra nunca es un medio satisfactorio para reparar las injusticias y lograr una solución equilibrada a la discordia política y social”.
Pensando en las guerras que arruinan la vida de los más jóvenes y de los ancianos, envenenando las relaciones duraderas de convivencia entre los diferentes grupos étnicos y religiosos y obligando a familias y comunidades enteras al exilio, está claro que, junto con todos los hombres y mujeres de buena voluntad, no podemos permanecer pasivos ante tanto sufrimiento, ante tantas "masacres inútiles".
Tras evocar el “Espíritu de Asís”, que nos recuerda a San Juan Pablo II, el Papa Francisco recalca que “la guerra nunca es necesaria ni inevitable. Siempre se puede encontrar una alternativa: es el camino del diálogo, de encuentro y de búsqueda sincera de la verdad”.