Tras el rezo del Angelus este domingo, el Papa hizo un llamamiento a rezar por la paz en Tierra Santa y apeló a cuantos tienen responsabilidades en el conflicto entre israelíes y a palestinos a romper la espiral de la violencia. "Les dirijo a todos ustedes un llamado de corazón para que recen con insistencia por la paz en Tierra Santa, a la luz de los trágicos eventos de los últimos días", dijo.
También descartó que fuese inútil el gesto del pasado 8 de junio, cuando tras la propuesta que hizo durante su visita a Jerusalén, reunió en el Vaticano al presidente israelí, Simon Peres, y al palestino, Mahmud Abbas, para rezar por la paz en un acto al que invitó también al patriarca ortodoxo Bartolomé. Los cuatro plantaron un árbol juntos y se produjo el abrazo entre ambos dirigentes políticos en presencia del Sumo Pontífice.
"Tengo aún en la memoria el vivo recuerdo del encuento del 8 de junio pasado con el patriarca Bartolomé, con el presidente Peres y el presidente Abbas, junto a los cuales invocamos el don de la paz y escuchamos la llamada a romper la espiral del odio y de la violencia. Alguien podría pensar que tal encuentro se realizó en vano, pero no es así. La oración nos ayuda a no dejarnos vencer por el mal, ni a resignarnos de que la violencia y el odio venzan al diálogo y la reconciliación", afirmó.
"Exhorto a las partes interesadas y a todos quienes tienen responsabilidad política a nivel local e internacional a no ahorrar oraciones y a no ahorrar ningún esfuerzo para hacer cesar cualquier hostilidad y conseguir la deseada paz para el bien de todos. Y les invito a todos los presentes a unirnos en oración", tras lo cual siguieron unos instantes de plegaria en silencio por parte de la multitud que abarrotaba la Plaza de San Pedro.
"Ahora, Señor", oró por su parte, "ayúdanos Tú, danosTú la paz, enséñanos Tú la paz, guíanos Tú hacia la paz, abre nuestros ojos y nuestros corazones. Y danos el coraje de decir: nunca más la guerra. Infunde en nosotros el coraje de realizar gestos concretos para construir la paz. Hazos abiertos a escuchar el grito de nuestros ciudadanos que nos piden transformar nuestras armas en instrumentos de paz, nuestros miedos en confianza, y nuestras tensiones en perdón. Amén".