La Comisión del Vaticano para la protección de menores presentará programas de preparación, educación y formación en respuesta a los abusos a menores para fomentar la responsabilidad local en todo el mundo y el intercambio mutuo de ´prácticas mejores´, según ha informado el arzobispo de Boston, cardenal Sean O´ Malley, máximo responsable de la diócesis donde surgieron los primeros escándalos en Estados Unidos, en una rueda de prensa en el Vaticano.
Los primeros miembros de la Pontificia Comisión para la Protección de los Menores se han reunido por primera vez en la Casa de Santa Marta del 1 al 3 de mayo. En la Conferencia también estaba presente Marie Collins, víctima de abusos sexuales a los 11 años y miembro de esta Comisión, quien ha comentado que se iba de esta primera reunión "con sensaciones muy positivas y esperanza".
Así el arzobispo de Boston ha explicado que los estatutos que presentarán al Papa incluirán "propuestas específicas que hagan hincapié en la sensibilización de la opinión pública sobre las trágicas consecuencias del abuso sexual y de las devastadoras repercusiones de no escuchar o no informar cuando se sospecha un abuso, así como de la falta de ayuda a las víctimas de abusos sexuales y a sus familias".
Por otro lado, O´ Malley ha expresado su "profunda solidaridad con todos los que han sido víctimas de abusos sexuales cuando eran niños o adultos vulnerables", al tiempo que ha detallado que desde el comienzo de las sesiones de trabajo han adoptado el principio de que "el bien de un niño o de un adulto vulnerable es prioritario a la hora de tomar cualquier decisión". Sobre el desarrollo de los encuentros, ha explicado que cada uno de los miembros ha compartido "ideas, experiencias y aspiraciones" sobre esta Pontificia Comisión y que se han discutido "la naturaleza y los objetivos" de la misma.
Además se ha puesto de manifiesto que se llevará a cabo en un futuro "la ampliación de sus miembros para incluir a personas de otras zonas geográficas y de diversas competencias". En esta línea, el arzobispo de Boston ha comentado que han examinado muchas propuestas sobre la forma en que la Comisión "podría colaborar con expertos de sectores relacionados con la salvaguardia de los menores y los adultos vulnerables" y que se han encontrado con varios miembros de la Curia romana de cara a una "futura cooperación", entre ellos representantes de la Secretaría de Estado, de la Congregación para la Doctrina de la Fe, de la Congregación para el Clero, de la Oficina de Prensa de la Santa Sede y de la Gendarmería Vaticana.
La protección del menor, prioritaria
La Comisión ha explicado que "es muy importante asegurar la responsabilidad de la Iglesia, incluida la puesta a punto de medidas y procedimientos eficaces y transparentes" y que por eso propondrán al Papa "unos estatutos que expresen con más precisión la naturaleza de la Comisión, su estructura, su actividad y sus objetivos". Ha precisado que "la Comisión no tratará los casos individuales de abusos, pero podrá presentar sugerencias sobre las normas para garantizar la responsabilidad y las mejores prácticas".
También ha subrayado la importancia de que los católicos se comprometan a que las parroquias, escuelas e instituciones "sean lugares seguros para todos los menores", y ha asegurado comprometerse a que "los niños y los adultos vulnerables estén protegidos de los abusos". La función de esta Comisión para la protección de menores es presentar al Papa sugerencias acerca de las funciones de dicha Comisión y proponer el nombramiento de otros miembros procedentes de diversos lugares del mundo.
El pasado 22 de marzo el Papa Francisco designó a los ocho primeros integrantes de la Comisión Pontificia para la Protección de los Menores, cuatro hombres y cuatro mujeres, entre los que destaca la presencia de la irlandesa Marie Collins, activista contra los abusos que ella misma sufrió cuando tenía 13 años, el cardenal arzobispo de Boston, Seán Patrick O´Malley, y el sacerdote argentino Humberto Miguel Yáñez. También forman parte de la Comisión la profesora de Psiquiatría británica Sheila Hollins, el profesor italiano Claudio Papale, la ex primera ministra polaca y ex embajadora ante el Vaticano Hanna Suchocka, el sacerdote alemán Hans Zollner, jesuita como Yáñez, y la francesa Catherine Bonnet. El Vaticano ya anunció el pasado mes de diciembre la creación de esta comisión, cuyo objetivo es asesorar a la Iglesia sobre cómo proteger mejor a los menores de posibles abusos, proponer iniciativas para la formación del clero y expulsar de sus filas a los pederastas.
Los ocho miembros de la Comisión tienen como "tarea principal" la de "preparar los estatutos de la Comisión en los que se determinarán sus competencias y funciones", según informó un comunicado oficial del Vaticano. Los ocho miembros iniciales son además los encargados de proponer a los demás integrantes del grupo.
La Comisión adoptará un enfoque "múltiple" para fomentar la protección de los menores. "Comprenderá la educación para prevenir la explotación de los niños, el procedimiento penal sobre los delitos contra menores, los deberes y responsabilidades civiles y canónicas y el desarrollo de las mejores prácticas identificados y desarrollados en la sociedad", indicó el portavoz de la Santa Sede, padre Federico Lombardi.