“Estoy viviendo con mucha alegría este Pontificado”, sobre todo “por el sentido de anuncio del amor de Dios y de su misericordia como mensaje muy claro y eficaz” de la actividad del Papa Francisco. Lo dijo el padre Federico Lombardi en su intervención en el IX Seminario profesional promovido cada año por la Facultad de Comunicación Institucional de la Pontificia Universidad de la Santa Croce.
“Creo que es verdad lo que dice el Papa más de una vez, que el Evangelio y la Iglesia deben actuar por ‘atracción’, es decir, anunciar un mensaje tan bello y profundo para la salvación y para la vida de las personas, que uno se sienta atraído hacia el Señor Jesús y hacia la Iglesia y a quien sirve este mensaje de amor”.
Del estilo de comunicación del Papa, el padre Lombardi subrayó “la sencillez, la concreción, una comunicación que está hecha no sólo de palabras, también estas sencillas y eficaces, sino también de actitudes, de gestos muy comunicativos, en particular los que manifiestan directamente este amor y esta misericordia”:
“El primer gesto que tuvo un impacto enorme fue el del lavatorio de los pies el año pasado a los jóvenes encarcelados. Pero después hemos visto que los enfermos se han convertido en los primeros en ser saludados después de los obispos, con ocasión de las audiencias: por tanto, también este signo de la prioridad de los enfermos y de los que sufren es muy eficaz”.
Ahora se acercan los viajes a Tierra Santa y Corea – prosiguió el padre Lombardi – “serán etapas nuevas para ver la comunicación del mensaje del Santo Padre hacia el mundo. Y por tanto, aún no hemos visto todo: hay aún muchas cosas que debemos – creo – aprender y ver”.
Papa Francisco – observó también el padre Lombardi – hay una espontaneidad de comunicación que rompe las barreras: “Es una persona que no tiene barreras que lo aíslen. No las tiene cuando hace el giro de la plaza y sube y baja del jeep, y coge a los niños o hace subir a los demás, y no las tiene tampoco en la vida cotidiana cuando, si quiere decir una cosa a una persona, coge el teléfono y se la dice. Este es por tanto un aspecto muy característico”.
A veces – explicó – “esto puede dar lugar a que se tenga que hacer alguna precisión”.
“Digamos: atención, lo que se dice después de estas cosas hay que tomarlo con prudencia, porque lo que dice uno que ha recibido una llamada de teléfono, quien sabe, después, si es objetivo, si lo ha dicho todo… Por tanto, hay que tomarlo con mucha prudencia y no hay que extraer consecuencias que vayan más allá de este hecho reservado, personal y no tengan consecuencias que afecten a la enseñanza de la Iglesia, ciertamente”.
Respondiendo a una pregunta sobre sus contactos con el Papa, el Padre Lombardi dijo que “puede haber a veces un coloquio más profundo y largo, pero esto es raro. En cambio, hay muchos contactos breves. El Papa es una persona muy rápida, muy reactiva, por lo que yo aprovecho muchas ocasiones que tengo de encontrarle, por ejemplo al final de una audiencia con un jefe de Estado, en que le pregunto de qué han hablado. Después añado otras dos o tres preguntas breves, y él me da las respuestas” de forma rápida.
El padre Lombardi habló también del próximo Sínodo sobre la familia, “un tiempo muy laborioso” – precisó – “porque evidentemente se tocan argumentos y cuestiones que son sensibles y con una amplia participación del pueblo cristiano”, y por tanto “una gran empresa” para la que el Papa está demostrando “un valor y una confianza muy grandes”.
Finalmente, respecto al trabajo en este pontificado, el padre Lombardi subrayó que “ha aumentado cuantitativamente”, también porque es menos programable: “Esto yo creo que es un poco característico de este Pontificado y tenemos que acostumbrarnos y ver en ello una dimensión espiritual positiva, de estar en camino con el Espíritu. Yo creo que el Papa Francisco – concluyó – nos invita a ser una Iglesia en camino y esto lo sentimos y lo llevamos también en esta cotidianeidad de nuestro trabajo”.
Traducido por Aleteia