«Salvo Francisco, no conozco a nadie con un concepto `tan infinito´ de la misericordia de Dios»

según el periodista argentino Armando Rubén Puente, autor de "La vida oculta de Bergoglio" (Libroslibres), un libro en el que ahonda en los orígenes de su personalidad y se acerca a momentos decisivos, pero aún poco conocidos, de la vida de Francisco.

- Es un hombre de intensa oración, diría que un místico. Tiene un concepto de la misericordia de Dios para con nosotros, los hombres, que a mí me ha desbordado. Nunca he conocido a alguien que tenga un concepto "tan infinito" de la misericordia de Dios. Por eso tiene lo que he llamado una "relación fraterna" con los homosexuales, los divorciados, los sacerdotes casados, los alejados de la Iglesia y los no creyentes.

Jorge Bergoglio es un hombre coherente con su fe, una coherencia plena entre su fe y sus obras, su actuación. Esa coherencia no tiene fisuras.

- A finales de la década de los 60 y principios de los 70, la Teología de la Liberación es motivo de intensas polémicas y controversias en Argentina. Jorge Bergoglio forma parte del equipo de redacción de la revista Stromata y participa en las Jornadas Académicas Interdisciplinarias de Teologia, Filosofia y Ciencias Sociales, en los que se plantean y debaten cuatro líneas de la Teología de la Liberación. Allí surge el “Grupo de los Rioplatenses”, como se identifica a los teólogos argentinos y uruguayos que buscaban la identidad cultural y religiosa latinoamericana y más concretamente argentina. Juan Carlos Scanonne encabeza a aquellos que se oponen a la línea marxista de la Teología de la Liberación.

A partir de ahí empieza a gestarse la Teología del Pueblo que alcanza su mayoría de edad en la Conferencia de Aparecida. Bergoglio participa en ese largo proceso que dura cuatro décadas y contribuye decisivamente a su culminación como relator en Aparecida.

- Jorge Bergoglio apoyó al Movimiento de Trabajadores Excluidos, los llamados cartoneros cuando se produjo la crisis del corralito. Celebró anualmente misas al aire libre en cuyas homilías denunció a los que explotaban a los trabajadores, sobre todo inmigrantes ilegales, y las mujeres obligándolas a prostituirse. Unas ochenta mujeres fueron liberadas de esas mafias y protegidas por el cardenal. Son las que componen lo que yo llamo “la otra Lista Bergoglio”.

- En el puerto de Buenos Aires funciona un casino flotante, con importante participación de una de las multinacionales españolas del juego. Macri, el intendente (alcalde) de Buenos Aires y Kirchner, presidente de la Republica, se habían puesto de acuerdo para incrementar sus ingresos por impuestos de los negocios de los “empresarios amigos”, a los que Bergoglio llamaba “la mafia del juego”. Bergoglio se reunió con políticos católicos que apoyaban a Macri y a Kirchner recordándoles que la moral cristiana debe estar por encima de la disciplinada obediencia partidaria y escribió una carta pastoral denunciando la proliferación de los casinos, bingos, y el fabuloso negocios de las máquinas tragaperras”, negocios vinculados con el “lavado de dinero proveniente del tráfico de drogas, armas y prostitución”.

Logró que el intendente de Buenos Aires rechazara el convenio que estaba a punto de firmar con esos empresarios por considerarlo “poco transparente”, es decir poner un límite al negocio del juego en el que están implicados muchos alcaldes a través de los impuestos municipales.

- Bergoglio había llamado la atención de los cardenales y obispos de todo el mundo reunidos en Roma el año 2001 con motivo de la X Asamblea General Ordinaria, en la que el Papa Juan Pablo II lo nombró Relator General y tuvo una memorable intervención en los debates en la que expuso lo que él creía debía ser la Iglesia del siglo XXI. En la V Conferencia Episcopal Latinoamericana, celebrada en Aparecida (Brasil), el año 2007 tuvo otra destacada intervención y fue nombrado presidente de la Comisión de Redacción del documento final, que hizo que a partir de entonces todos los cardenales y obispos tuvieran presente su carismática personalidad .

- Yo trato en cinco capítulos, bajo el título general de “Tiempo de silencio”, lo que fueron unos años muy duros para el padre Jorge Bergoglio, especialmente los que pasó en Córdoba. No quiero incurrir en la forma en que han sido tratados por algunos biógrafos y por eso pido que el que quiera conocer ese doloroso periodo de la vida de Bergoglio lo lean en el libro. Es difícil resumirlo en unos párrafos.





- En el campo teológico social los padres Lucio Gera, Juan Carlos Scanonne y Rafael Tello.

- Bergoglio, Provincial de la Compañía procuró sobre todo que los vinculados con la guerrilla o sospechosos de ser “subversivos” para los militares fueran detenidos o, peor, secuestrados, y dedicó gran parte de sus esfuerzos en ocultarlos en lugares que sólo él conocía, y luego hacer posible que abandonaran el país. Así salvo a un centenar. Los domingos organizaba un asado en Villa San Ignacio, la casa de ejercicios que estaba frente a Campo de Mayo la gran base del ejército. En la comida les daba los pasaportes y billetes para que viajaran, En algunos casos los conducía él personalmente al aeropuerto de Ezeiza, en otros iba alguien de su entera confianza hasta la frontera, generalmente Paso de los Libres. En Brasil se refugiaban en residencias de la Compañía hasta que podían volar a Europa.

- En 1969, por iniciativa del cardenal Aramburu, varios jóvenes sacerdotes, siguiendo el ejemplo de los curas obreros franceses, empezaron a vivir en las Villas Miseria; eran curas peronistas e iban a luchar contra la injusticia social. Con Bergoglio a comienzos del 2000 cuando se crearon formalmente los Equipos de Sacerdotes para las Villas de Emergencia. Los curas villeros abandonaron; pasaron a trabajar por “una Iglesia pobre para los pobres”, siguiendo los consejos de Bergoglio. Tenían que enfrentarse con otra violencia, no la revolucionaria sino la violencia de la droga y el delito. Una situación tan peligrosa entonces como ahora, porque en algunos casos fueron amenazados de muerte por las mafias de narcotraficantes. Bergoglio los apoyó, como había hecho en la década de los 70, arriesgando su vida. Y todas las semanas, generalmente los domingos, oficiaba misa en las capillas que iban surgiendo y pasaba horas conversando con los curas villeros, los jóvenes sin trabajo, muchos de ellos esclavos de la droga y comía el puchero y el locro que cocinaban las mujeres del barrio.

- Inicialmente había pensado titular la biografía “Jorge Bergoglio y su circunstancia”, pero lo descarté porque me pareció una expresión demasiado “orteguiana”. La primera página, a modo de prólogo, puede dar una clave. Creo que puede hablarse de los 77 años de “vida oculta” de Roncalli ( Juan XXIII ) o los 56 de Wojtyla ( Juan Pablo II) antes de ser elegidos. Esos años condicionaron sus vidas, sus circunstancias y sus pontificados. Y son “vidas ocultas” porque poco sabemos de ellas.

- La década de los años 70, la de las guerrillas y represión, en las que murieron y fueron asesinados amigos y compañeros míos de uno y otro bando. Las heridas están aun abiertas en la Argentina. Las heridas que dejan las guerras civiles tardan muchos años en cicatrizar. Si no se conoce ese periodo, en el que Bergoglio fue Provincial de la Compañía de Jesús, no se puede entender bien quien es el Papa argentino.

- Empezaron con el asesinato del presidente Aramburu por los montoneros en la “dictablanda” del general Onganía. Siguieron con las dictaduras cada vez más ferreas de los generales Levingston y Lanusse, luego con tres años de democracia y después con las dictaduras presididas los generales Videla y Viola.

Sobre los miles de muertos, secuestrados y desaparecidos, de uno y otro bando, hay que desconfiar de las cifras propagandísticas, que se emplean. Eso sucede no solo con el caso argentino, sino con otros muchos casos y cifras, que se emplean como armas de propaganda en las guerras civiles o entre naciones, en otras partes del mundo. Todos conocemos ejemplos.

Los historiadores que aspiramos ser objetivos al abordar esas guerras, procuramos afinar, precisar con la mayor exactitud posible, esas cifras infladas, multiplicadas y a veces minimizadas por quienes las emplean por razones ideológicas

- El Papa Francisco es conocido en España desde el 13 de marzo del año pasado, cuando se asomó a la ventana sobre la plaza de San Pedro y saludó diciendo “buona sera”. El “efecto Francisco” está llegando a España –como al resto del mundo-, pero eso no significa que se le conozca a fondo.

Muchos españoles creen conocer mejor a Bergoglio que a Wojtyla o Roncalli porque tenemos la misma lengua, conocen a Maradona, al Che, quizás a Evita que vino a la España del hambre con el trigo y la carne. Incluso hay miles de afortunados que han pasado unos días de turismo en Buenos Aires, las cataratas de Iguazú y los glaciares. Si leen “La vida oculta de Bergoglio” verán que les falta mucho para conocer a los argentinos.

- La Madre Patria, España, y sus hijas las naciones americanas tienen la misma lengua, cultura, historia, sangre, pero los hijos no son una copia clónica de su madre y su padre. Llevan, eso si, los genes, el ADN de sus progenitores. Vamos al caso del argentino Bergoglio-Papa Francisco. ¿A cuantos obispos españoles los dirigentes sindicales los llaman por su nombre y los tutean, como los dirigentes sindicales argentinos hacen con él, a quien llaman Jorge y lo tratan de vos; aun hoy.

- Bergoglio recibía en su despacho a los homosexuales, conversaba amigablemente con ellos y los defendía frente a ciertos sacerdotes que los habían expulsado de sus parroquias. Lo que no le impidió oponerse a la ley del matrimonio homosexual; defendió la unión civil, con sus amplios derechos, pero no al matrimonio, que solo admite entre hombre y mujer.

- La publicación – y éxito – de “Papa Francisco. Cómo piensa el nuevo pontífice” – también editado por LibrosLibres, me dejó insatisfecho, al darme cuenta de lo poco que sabía de Jorge Bergoglio y eso me llevó a investigar y escribir durante nueve meses; una media de diez horas diarias. Es lo mínimo que un historiador puede dedicar para escribir una biografía.

“La vida oculta de Bergoglio” abre el camino a otros investigadores que lo seguirán. Por ejemplo he estudiado aspectos tales como quienes conformaron su pensamiento nacional argentino y el de la Patria Grande americana, sobre los que todavía hay muchos detalles que dar a conocer. Mis fichas no se agotan en este libro. Quedan otras que quizás salgan a la luz en el futuro.

- Es un gran político, en el sentido noble de esa palabra que han desgastado y desprestigiado quienes ejercen la política como una profesión. Es un jugador de ajedrez que tiene previstos los seis o siete movimientos posteriores cuando "mueve ficha".